Redacción: Ximena Zarahi Moreno Luna
El programa Basura Cero hará obligatoria la separación de residuos en toda la capital a partir del 1 de enero de 2026, con días específicos de recolección y sanciones implícitas para quien no cumpla.
A partir del 1 de enero de 2026, la Ciudad de México entrará en una nueva etapa en el manejo de residuos con la implementación obligatoria de un esquema de separación de basura para hogares, comercios, escuelas y oficinas públicas. La medida forma parte del programa Basura Cero, impulsado por la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema), cuyo objetivo central es reducir el impacto ambiental de los desechos, fortalecer la economía circular y lograr que al menos el 50% de los residuos generados en la capital sean reciclados o aprovechados para el año 2030.
Aunque la separación de residuos no es una práctica nueva en la ciudad, autoridades y especialistas reconocen que su aplicación ha sido irregular y, en muchos casos, simbólica. El nuevo programa busca corregir estas fallas mediante reglas claras, días diferenciados de recolección y un sistema de procesamiento que conecte directamente a los camiones recolectores con plantas separadoras estratégicamente ubicadas en Iztapalapa, Azcapotzalco y Gustavo A. Madero.
El nuevo esquema establece tres grandes categorías de residuos: orgánicos, inorgánicos reciclables e inorgánicos no reciclables. Los residuos orgánicos, restos de comida, cáscaras, residuos vegetales, serán recolectados los martes, jueves y sábados. Los residuos inorgánicos, tanto reciclables como no reciclables, deberán sacarse los lunes, miércoles y viernes. Finalmente, los residuos voluminosos, como muebles, colchones o electrodomésticos, tendrán como día exclusivo de recolección el domingo.
Especialistas explican que el éxito del programa dependerá menos de la infraestructura y más del comportamiento ciudadano. “Separar bien la basura y sacarla el día correcto será la clave para que el servicio funcione”, señalan trabajadores del sistema de limpia, quienes advierten que los camiones no recogerán residuos que no correspondan al día asignado. La regla es directa: basura mal separada, basura no recolectada.
Uno de los puntos centrales del programa es el rescate de los llamados “reciclables valorables”, materiales que pueden reincorporarse a la cadena productiva y generar valor económico. Entre ellos se encuentran el cartón, el papel, el PET, el aluminio y el vidrio. Estos materiales serán clasificados nuevamente en las plantas separadoras, donde se optimizará su aprovechamiento y se reducirá el volumen de residuos que terminan en rellenos sanitarios.
Desde Sedema se ha insistido en que el programa no busca criminalizar a la ciudadanía, sino generar un cambio cultural profundo. Sin embargo, los trabajadores de limpieza reconocen que el periodo de adaptación podría generar tensiones. “No tiene caso pelear con el de la basura”, advierten. “Si los residuos no se sacan el día que corresponde, simplemente no se los van a llevar”.
La implementación de Basura Cero también responde a un problema estructural: la Ciudad de México genera diariamente más de 12 mil toneladas de residuos sólidos, una carga ambiental que ha rebasado la capacidad de disposición final y que tiene impactos directos en el suelo, el agua y la salud pública. Reducir, separar y aprovechar ya no es una opción voluntaria, sino una necesidad ambiental urgente.
Expertos en gestión de residuos subrayan que este tipo de políticas solo funcionan cuando existe corresponsabilidad entre autoridades y ciudadanía. La separación en casa es el primer eslabón de una cadena que involucra transporte, clasificación, reciclaje y reintegración a procesos productivos. Si falla el inicio, todo el sistema colapsa.
Con este nuevo programa, la capital apuesta por una transformación gradual pero firme en su relación con la basura. El mensaje es claro: separar no es una sugerencia, es una obligación ambiental. El reto ahora será que la norma se traduzca en hábitos cotidianos y no quede, como advierten algunos críticos, en una política bien intencionada pero mal ejecutada.
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