Redacción: Carolina Herrera
Un estudio del Observatorio Cetelem revela que las personas de entre 55 y 75 años en España muestran cautela ante la movilidad sustentable.

Demostrando el bajo interés de las personas mayores en el tema de movilidad sustentable, un estudio analiza las tendencias en relación a la oposición de este público. Ya que, a pesar de reconocer la importancia de la materia, no se ven implicados en ella.
Manifestando las grandes diferencias entre el segmento adulto y joven, el nuevo informe zOOm de nombre “Los sénior ante la movilidad urbana sostenible” por el Observatorio Cetelem, analiza a personas entre 55 y 75 años, revelando que estos mantienen punto de vista conservador y casi nulo interés en el tema.
Particularmente, el 69% de los sénior no considera creíble el futuro del coche eléctrico, mismo porcentaje que no confían que las ramas del Estado hagan lo suficiente para impulsar los automóviles eléctricos. Punto en donde coinciden con un 61% de los jóvenes.
A la vez, que al plantear la idea de establecer un punto de recarga en sus moradas, el 71% no están interesados. Una de las razones principales es la falta de un lugar donde se monte una instalación (60%, frente al 48% del total de los españoles) y el alto coste que implica (28%, frente al 35% del total de los españoles). Mientras que el 57% de los jóvenes si se encuentran en disposición de una fuente de recarga doméstica.
Sin embargo, para el 61% de los sénior, resulta fundamental el aumento de instalaciones de puntos de recarga considerándolo un paso antes de accionar hacia la movilidad eléctrica. A comparación de la perspectiva de los jóvenes, sólo el 32% lo consideran así.
Por la parte del transporte como tal, solo el 31% se ha planteado cambiar su vehículo personal de combustión por algún medio de transporte sostenible, contrastado con el 64% de los jóvenes. Siendo que si deben de cambiar su modo de movilidad, con un 68%, el transporte público sería su primera opción; en segundo lugar se encuentra la bici con un 24%, seguido por el coche o moto ecléctico con 21%. Además, solo el 5% de los sénior usaron el patinete eléctrico, transporte que entre los jóvenes se encuentra en un 32%.
El análisis también demuestra una brecha generacional en cuestión del carsharing y las suscripciones que conlleva este tipo de soluciones de transporte, teniendo en cuenta que el 88% de los sénior no han usado este servicio, mientras un 41% de los jóvenes ha adoptado esta modalidad. Tanto es la oposición, que el 72% de los sénior no estarían dispuestos a renunciar a tener un coche propio. Pero también, un 39% cree que el carsharing es más económico, y un 40% lo ve como una solución próspera para el medio ambiente.
Siguiendo la materia ambiental, el 59% de los sénior conductores consideran que el distintivo medioambiental afecta contundentemente día a día, por lo que el 67% proyecta que al tener la oportunidad de adquirir un coche, este sería de 0 emisiones, un porcentaje muy similar a los joven con un 65%. Sin embargo, también se encuentra que un 60% se siguen manteniendo firmes en que no cambiarían de coche por esa razón.
A pesar de las oposiciones en diferentes aspectos de la movilidad sostenible, el 66% de los séniors la consideran importante, y el 77% ve fundamental la inversión de las instituciones públicas en medio de transporte ecológico.
Con este contexto, el estudio confirma que el público de 55 a 75 años de edad están caminando hacia la sostenibilidad con mucha mayor cautela que la población joven que viven más de cerca con este tema.
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