COLUMNA HORAS EXTRAS
¿Cómo puede una empresa que deja deudas y conflictos laborales en Guanajuato invertir libremente en otro estado sin responder por sus responsabilidades previas?
Es el caso de la hondureña MILLFOODS, dedicada a la agroindustria; sí la misma que traiciona su discurso público de ser un modelo de sustentabilidad, transparencia y expansión mientras incumple en Salamanca, anunciando otro proyecto con una inversión de 200 millones de dólares para abrir otra nueva planta en Querétaro.
Los testimonios de quienes estuvieron en el corazón de la obra en Salamanca revelan una serie de omisiones y errores, falta de planeación y rotación constante de personal que fueron frenando el avance y generados costos inesperados, lo que también afectó a los más de 600 trabajadores que laboraron para levantarla.
Testimonios de quienes estuvieron en el corazón de la obra revelan una serie de errores; falta de planeación y rotación constante de personal que fueron frenado el avance y generados costos inesperados. Hoy, la planta está operando. Se concluyó su construcción, pero a los trabajadores no se les pagó. Más de un año ha transcurrido y no se les ha cubierto sus salarios.
El caso de MILLFOODS no es solo un fraude para muchos, -particularmente en el sector industrial-, es un síntoma de un modelo de inversión sin reglas, donde empresas extranjeras pueden llegar, prometer, aprovecharse de la mano de obra local, laboratorios, técnicos y trabajadores comprometidos. En suma, la hondureña MILLFOODS dejó detrás comunidades rotas, empleos perdidos y un daño social profundo.
Incumplió a constructores, proveedores, a mucha gente, pero también a esos trabajadores afiliados a un sindicato que hoy decide enfrentarlo por la vía laboral.
El jueves próximo 7 de agosto, MILLFOODS y Grupo Modelo) con la que mantiene una alianza en la producción de insumos) enfrentarán la primera audiencia de conciliación prejudicial. Los notificó la Secretaría del Trabajo y Previsión Social de Guanajuato a través del Centro Federal y Registro Laboral.
Cualquier escenario es posible, y no es cosa menor, se trata del Sindicato de Trabajadores de la Industria Metal Mecánica (SITIMM), el más importante del Bajío con más de 55 mil agremiados, que movilizó cuadrillas de obreros para trabajar en la construcción; son más de 600 sindicalizados los afectados a quienes se les adeuda una suma millonaria, según confirma Antonio Martínez, Secretario General de la gremial.
MILLFOODS se vendió como una promesa de desarrollo para Salamanca, como un nuevo motor agroindustrial para la región terminó convirtiéndose en un símbolo de despojo, deuda y frustración. Y ahora solo queda un creciente cuestionamiento público: ¿qué vino a hacer realmente Millfoods a México?
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