Redacción Marlone Serrano
Una nueva víctima del cambio climático podría encontrarse en el desayuno de millones: la avellana. El icónico ingrediente de productos como Nutella y los chocolates Ferrero Rocher enfrenta una severa escasez global debido a las fuertes heladas registradas en Turquía, principal país productor, lo que podría detonar un alza importante en los precios de estas delicias.
Turquía, responsable del 65 % de la producción mundial de avellanas, ha experimentado la peor helada primaveral en más de una década, provocando que los precios al por mayor del fruto seco suban cerca de un 30 % desde abril, según datos de la firma Expana. La situación es tan crítica que algunos agricultores de zonas altas del país reportan pérdidas del 50 al 100 % de sus cosechas.
La afectación golpea directamente a la italiana Ferrero SpA, el mayor comprador de avellanas del mundo y fabricante de productos como Nutella y Ferrero Rocher, que consume aproximadamente una cuarta parte de la producción turca. Las avellanas representan el 13 % de los ingredientes en la famosa crema para untar.
Aunque Ferrero ha intentado tranquilizar a los consumidores señalando que su cadena de suministro se apoya también en cultivos de Italia, Chile y Estados Unidos, los analistas coinciden en que la escasez podría tener un impacto significativo en el precio final al consumidor.
Una nueva señal del impacto climático
Este fenómeno se suma a una serie de alertas que reflejan cómo el cambio climático está alterando profundamente las cadenas globales de alimentos. En los últimos años, productos como el aceite de oliva, el café y el cacao también han experimentado aumentos históricos en sus precios debido a condiciones meteorológicas extremas.
“La producción agrícola está cada vez más expuesta a las anomalías del clima. En este caso, las altas temperaturas invernales en Turquía provocaron una floración temprana de los árboles de avellana, dejándolos vulnerables ante heladas tardías”, explicó el presidente de la Asociación de Ingenieros Agrícolas de Turquía.
Repercusiones políticas y económicas
Además del impacto global en la industria del chocolate, el fenómeno podría tener consecuencias políticas en Turquía. Cerca de 450 mil familias dependen directamente del cultivo de avellanas, principalmente en la región del Mar Negro, bastión político del presidente Recep Tayyip Erdoğan. El mandatario suele anunciar personalmente el precio que pagará el Estado a los agricultores, por lo que cualquier decisión impopular podría tener efectos electorales.
La situación también plantea un desafío para el banco central turco, que en su último reporte de inflación advirtió que el alza en el precio de los alimentos, derivado de esta escasez, podría dificultar aún más el control de una inflación que ya ronda el 35 %.
Inversores ven oportunidad en medio de la crisis
Pese al panorama complejo, algunos actores financieros han encontrado oportunidades. La firma Evli, una gestora de activos finlandesa, anunció su inversión en la empresa turca Balsu Gida, proyectando que los precios de la avellana podrían quintuplicarse en un año.
Sin embargo, hasta la nueva cosecha de agosto de 2026, la escasez persistirá. Y aunque los consumidores aún no ven reflejado el impacto en las estanterías, expertos anticipan que las alzas llegarán, con lo cual el chocolate podría pasar de ser un antojo cotidiano a un lujo estacional.
¿El sabor del futuro? Más caro, más escaso y más vulnerable a la crisis climática.