En un esfuerzo concertado por liderar la transición hacia fuentes de energía más limpias, la Unión Europea (UE) ha lanzado un audaz proyecto que se centra en el hidrógeno verde, mediante el cual han invertido €20 millones a través del EU Clean Hydrogen Partnership. Esta inversión busca extraer hidrógeno directamente del agua de mar, aprovechando la energía renovable.
Gigantes energéticos se sumergen en la era verde
Dos empresas líderes en el sector, Plug Power, originaria de EE. UU., y Lhyfe, con base en Francia, están al frente de este proyecto. Ambas forman parte del consorcio HOPE (Hydrogen Offshore Production Europe) compuesto por nueve miembros.
El año pasado, estas compañías dieron un gran paso al inaugurar la primera planta de hidrógeno en alta mar del mundo, la cual opera con un electrolizador de 1 megavatio sobre una plataforma flotante. Tras el éxito de este piloto, las ambiciones se han multiplicado: el próximo objetivo es una instalación de 10 megavatios con capacidad para producir 4 toneladas de hidrógeno diarias. Esta nueva operación se ubicará estratégicamente en el Mar del Norte, cerca del puerto de Ostend, en Bélgica, y aspira a ser el núcleo de la industria de hidrógeno verde del país.
Más allá de la producción: un proyecto sostenible
HOPE tiene una visión holística. No sólo busca producir hidrógeno, sino hacerlo de forma sostenible, reutilizando infraestructuras de la era del petróleo y gas y optimizando sistemas de tratamiento de agua de mar. El transporte del hidrógeno a tierra será mediante un tubo termoplástico de más de 1 km, una solución más sostenible que las tradicionales tuberías de acero.
Europa encabeza la carrera del hidrógeno verde
La UE, a través del Clean Hydrogen Partnership, destaca el hidrógeno no solo como una fuente de energía limpia, sino también como un componente crucial en diversas industrias, desde la producción de fertilizantes hasta la refinación de alimentos. La inversión en el consorcio HOPE refleja el compromiso europeo en esta dirección.
EE. UU. sigue de cerca
Mientras Europa lidera la iniciativa del hidrógeno verde, Estados Unidos no se queda atrás. A pesar de un comienzo titubeante en el mercado de vehículos con células de combustible, proyectos en desarrollo como los e-combustibles en Texas y la investigación para producir combustible de aviación a partir de agua de mar, ponen de manifiesto que EE. UU. también tiene un papel protagónico en esta revolución energética.
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