Redacción Marlone Serrano
Una sucesión de eventos meteorológicos extremos sacudió al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y zonas aledañas durante la primera quincena de mayo. Altas temperaturas atípicas para la estación, tormentas severas con lluvias récord y un brusco descenso térmico reavivan el debate sobre el papel del cambio climático en estos episodios.
Durante varios días, el otoño pareció primavera. Las temperaturas máximas superaron ampliamente los promedios históricos en Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos. Esa anomalía culminó en un fenómeno extremo: entre el jueves y domingo pasados, se registraron intensas lluvias que provocaron anegamientos, tormentas eléctricas, granizo y fuertes ráfagas de viento en amplias regiones del país.
En localidades como Zárate, Campana y Arrecifes, cayeron más de 400 milímetros de agua, lo que equivale a casi un tercio de la lluvia anual en apenas cuatro días. En el noroeste bonaerense, el Río Salto rompió su récord histórico y superó los 10,30 metros de altura.
Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), estas condiciones se generaron por el encuentro de dos masas de aire —una caliente y otra fría— que quedaron estacionadas sobre el norte de la provincia de Buenos Aires. “Cuando la atmósfera intenta volver a su equilibrio, se producen eventos severos”, explicó el climatólogo José Luis Stella.
¿Es el cambio climático responsable? Aunque los datos específicos del episodio aún están en análisis, la investigadora Marisol Osman, del Conicet y la Universidad de Buenos Aires, consideró probable que “el ambiente tan cálido y húmedo de los días previos haya estado relacionado con el cambio climático”, al funcionar como “combustible perfecto” para las tormentas.
Un antecedente reciente refuerza esta hipótesis: la inundación del pasado 7 de marzo en Bahía Blanca fue analizada por el proyecto europeo ClimaMeter, que concluyó que las precipitaciones extremas fueron intensificadas por el calentamiento global de origen humano. Los investigadores hallaron que, actualmente, los episodios de lluvias intensas aportan hasta un 7% más de agua que a mediados del siglo XX.
Tras las tormentas, llegó el contraste. Desde este domingo, las temperaturas descendieron abruptamente en gran parte del país. En Tandil se registraron 5,3 grados, mientras que en Mar del Plata el termómetro marcó 6 grados.
Aunque el clima de hoy parece más acorde a la época, los expertos anticipan un invierno posiblemente más húmedo y con temperaturas menos frías. El pronóstico oficial para el trimestre se publicará a fines de mayo.
Mientras tanto, las consecuencias del temporal aún persisten: calles anegadas, daños en la infraestructura urbana y familias afectadas. Los eventos extremos parecen ya no ser la excepción, sino una señal de alerta que la ciencia insiste en vincular al impacto humano sobre el clima.