Según el portal ‘Ovacen’, el greenwashing es una estrategia que han empleado algunas empresas para intentar mostrarse ante el público como respetuosas con el medio ambiente. Sin embargo, con frecuencia no alcanzan este objetivo.
Esta frase, que en español se traduce como “verde” y “lavado”, es sinónimo del término de marketing “blanqueamiento” o “blanqueamiento de imagen”.
El término fue acuñado por el ecologista Jay Westerveld en 1986 para describir empresas que afirman ser sostenibles, pero están lejos de serlo. La ONU, por su parte, presentó en la conferencia COP27 un informe con recomendaciones y compromisos creíbles y responsables para empresas, instituciones y ciudades, como ellos mismos reconocen que se han comprometido desde 2015. Muchos de ellos han recurrido al “greenwashing” para reducir las emisiones de CO2 sin conseguir ningún cambio visible.
Presta atención a estos cinco ejemplos de greenwashing proporcionados por el portal “Ovacen” para saber cómo funciona esta táctica de marketing.
1. Publicidad engañosa: Las etiquetas harán que el producto parezca completamente ecológico o amigable con el medio ambiente, de color verde, e incluso con el logo de reciclaje, pero no es así.
2. Imágenes ecológicas: cuando utilice imágenes de animales, paisajes u otros fenómenos naturales en su presentación, se le hará creer que su trabajo conlleva cierta responsabilidad social y ambiental.
3. Afirmaciones confusas: el lenguaje utilizado para describir el bien o servicio, como “hecho con materiales reciclados” y “no probado en animales”, puede ser confuso.
4. Un producto ecológico oculta la verdad sobre los demás: esta empresa puede entregar otros productos, pero sólo uno cumple con el cuidado ecológico. Al hacer esto, esperan demostrar que son una empresa que se preocupa tanto por el medio ambiente como por la sociedad en su conjunto.
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