El impacto ambiental en el mundo tiene sólo dos lados, positivo y negativo, y aunque muchos medios de comunicación y en especial las redes sociales nos bombardean constantemente de este foco rojo que es el deterioro ambiental –que por supuesto no deja de ser importante– dejamos a veces de lado las acciones que algunas asociaciones, escuelas o ciertos sectores de la sociedad tienen de manera positiva.
Un ejemplo, es la Fundación Chapingo, liderada por Antonino Almazán Arteaga y la División de Ciencia Foresta de la Universidad Autónoma de Chapingo quienes han marcado una gran diferencia con las labores ambientales y el fomento a las áreas verdes y la protección de las mismas.
Desde 2017, han colaborado de la mano, es busca de desarrollar investigaciones que fomenten el cuidado ambiental y el desarrollo sostenible, de tal manera que se convierta en una realidad para México, más allá de una idea o de un proyecto, además de que tiene la misión de promover con la sociedad su participación para que esto vaya creciendo poco a poco y teniendo mayor alcance.
Entre otras cosas, esta colaboración en la que cabe mencionar también tiene muchos otros colaboradores, busca la consciencia sobre el cuidado del planeta a través de la responsabilidad social, ya que, sin ayuda de la sociedad sería mucho más lento el proceso y difícil de llevarse a cabo, por eso la importancia de hacer conscientes a todos sobre la preservación y cuidado del medio ambiente y las áreas verdes.
Tener un mundo más verde es responsabilidad de todos, no sólo en México, pero de una o de otra manera, se busca que con pequeñas acciones las personas se sumen a este tipo de iniciativas y proyectos que tienen un impacto positivo en el freno que aún puede ponerse al deterioro ambiental, además de contribuir y motivar a las siguientes generaciones a cuidar del entorno donde viven y a su vez, dejarles un mejor mundo donde puedan habitar.
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