Redacción: Carolina Herrera
El deshielo acelerado de un glaciar en Groenlandia, impulsa un cambio drástico en la química oceánica y en la cadena alimentaria marina. Este acontecimiento relatado recientemente en Nature Communications Earth & Environment, muestra una corriente ascendente que transporta nutrientes desde las capas profundas hasta la superficie. Según el equipo de investigadores, esta tasa de producción adicional puede ser un factor decisivo para modificar la estructura de los ecosistemas marinos.
El glaciar más activo de esta región, conocido como Jakobshavn o Sermeq Kujalleg, es el principal responsable de este fenómeno. Dando a lugar una segunda floración de fitoplancton, complementando la tradicional explosión primaveral del Ártico. Los científicos usaron modelos numéricos y supercomputadoras para analizar datos entre 1992 y 2021, y encontraron que el flujo de agua dulce genera una pluma subglacial que arrastra nutrientes esenciales como nitrato y hierro. Esta dinámica aumenta la productividad biológica en hasta un 40% en años con deshielos intensos.
Aunque este incremento de fitoplancton fortalece la base de la cadena alimentaria, no se traduce automáticamente en una mayor captura de carbono, ya que el agua más cálida y menos salina reduce su capacidad de absorción de CO₂. Además, los cambios pueden modificar la composición de especies, favorecer algas nocivas y alterar los ciclos de alimentación de peces, mamíferos marinos y otros depredadores del Ártico, incluyendo focas, narvales y osos polares.
Estos hallazgos destacan la necesidad de monitorear de cerca los ecosistemas costeros del Ártico, ya que Groenlandia cuenta con más de 250 glaciares similares a Jakobshavn. Si procesos como este se replican en otras zonas, se podría enfrentar transformaciones significativas en la biodiversidad y la pesca local, planteando retos para la conservación y la gestión del cambio climático en la región.
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