Redacción: Carolina Herrera
La ganadería y el desperdicio de alimentos generan grandes emisiones de gases de efecto invernadero, superando incluso al transporte global.

Diversas investigaciones demuestran cómo el consumo de productos ganaderos tiene un gran impacto en la crisis climática actual. Lo que demuestra como acciones tan comunes como comer carne o lácteos pueden sumar a las afectaciones del cambio climático.
La ganadería produce 14.5% del total global de emisiones de gases de efecto invernadero, más que todo medio de transporte mundial, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Además, esta cifra se eleva hasta el 51% en el informe Livestock and Climate Change, al considerar los subproductos de origen animal.
Constatando que la industria ganadera está pavimentando un camino lleno de repercusiones contra el medio ambiente.Teniendo que 500 mega granjas porcinas amenazan a la selva maya en México, las cuales crean grandes deforestaciones, la contaminación del agua en los cenotes y amenazan la conservación de la rica biodiversidad que se encuentra en la región.
Sumándose a la evidencia, se encuentra un reporte Menos es Más de Greenpeace, donde se demuestra como se requiere 28 veces más tierra para la producción de carne de res, considerándola demasiado intensiva. Esto deriva a una deforestación descomunal equivalente al tamaño de la India, en estos últimos 25 años, según cifras de la FAO.
Teniendo un enorme impacto ambiental, el consumo de la carne deriva una transformación del suelo en el cual no solo rompe el equilibrio de los ecosistemas que conlleva la pérdida de biodiversidad, sino también produce cantidades gigantes de dióxido de carbono. En México, el 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen justamente del sector ganadero, gracias al aumento de su consumo en zonas urbanas y rurales.
Actualmente, la FAO estima que existen más de 28 mil millones de cabezas de ganado en el mundo, una cifra que representa una enorme presión sobre el sistema ecológico.
Además, el desperdicio de alimentos que llega aproximadamente a 17% anualmente, equivale a un 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Dieta sostenible
Con el contexto de las afectaciones del sector ganadero, una alternativa para contribuir en la conservación del medio ambiente es implementar una alimentación saludable con base en la sostenibilidad. Esta implica la reducción del consumo de productos de origen animal.
Para conseguirlo, existen dietas a las cuales se pueden implementar de forma saludable, como es la dieta planetaria. En la cual se limita la ingesta de carne, alimentos procesados y azúcares en exceso, y a su vez incorporando el alto consumo de alimentos de origen vegetal, como bebidas vegetales.
También se encuentra la dieta de la milpa, rica en nutrientes y orientada culturalmente a la ingesta de ingredientes tradicionales como el maíz, el frijol, la calabaza y el chile.
Si bien la adopción de dietas sostenibles es una decisión personal, la protesta y lucha para que las empresas crean un modelo que cuide el medio ambiente, no se deja de un lado.

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