Redacción: Daniela Paredes Rocha
Tras décadas de contaminación industrial y omisiones institucionales en Tlaxcala y Puebla, académicos y colectivos lanzan un ultimátum a las autoridades para pedir el saneamiento urgente del río y la reparación integral del daño a las comunidades afectadas por una crisis sanitaria y ecológica.

Investigadores, activistas y académicos de la Cuenca del Alto Atoyac hicieron un llamado a los gobiernos federal y estatales de Puebla y Tlaxcala para que los incluyan en el diseño de las estrategias de recuperación ambiental del río Atoyac, considerado una de las cuencas más contaminadas del país.
En un documento dirigido a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, al gobernador de Puebla, Alejandro Armenta Mier, y a su homóloga de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros, los firmantes, quienes por años han desarrollado investigaciones, trabajos de campo y propuestas técnicas, solicitaron ser parte de un plan integral y sustentable de saneamiento.
Advirtieron que las acciones aplicadas hasta ahora “no han aliviado los ecosistemas ni mejorado la salud de la población”, y que los esfuerzos aislados solo han perpetuado el deterioro del Atoyac, una de las zonas con mayor emergencia ambiental y sanitaria del país.
Los especialistas propusieron crear un Plan de Justicia Socioambiental para la Cuenca Alta del Atoyac, con enfoques de largo plazo y participación comunitaria que aborden las causas estructurales de la contaminación y no solo sus efectos.
Entre las acciones urgentes planteadas destacan:
- Regulación efectiva de las descargas industriales.
- Cumplimiento de normas con tratamiento de aguas residuales por parte de Agua de Puebla.
- Atención médica especializada para las poblaciones afectadas.
- Creación de un nuevo mecanismo colaborativo con participación social y académica.
También propusieron la conformación de un organismo operador de cuenca de carácter federal, con la capacidad de coordinar de manera efectiva un plan integral multinstitucional y asegurar la implementación del Plan Integral de Justicia Socioambiental. Este plan debe enfocarse en manejar de inmediato las descargas industriales y asegurar que las distribuidoras de agua cumplan con el tratamiento obligatorio, buscando al menos el 80% del flujo residual en condiciones ambientalmente aptas.
Los especialistas insisten en que la solución debe ir más allá de la limpieza superficial, abordando las causas estructurales del desgaste, incluyendo la restauración de suelos contaminados y la prohibición de descargas no domésticas en el drenaje municipal.
Por ello, la sociedad civil lanza su condición límite: el rescate de la cuenca del Atoyac no es una opción, sino un compromiso histórico del Estado mexicano. Exigen que esta crisis sanitaria sea atendida de manera urgente y que se garantice la reparación integral del daño a las comunidades, poniendo fin a la complicidad ambiental que ha costado miles de vidas y que obliga a estar atentos para su protección.
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