Redacción: Inés Arroyo
Las comunidades latinas en los Estados Unidos, especialmente en California, han enfrentado durante años los efectos del cambio climático, exponiéndose a altos niveles de contaminación debido a la proximidad de sus hogares a instalaciones de petróleo y gas. Esta situación ha provocado serios problemas de salud, como enfermedades respiratorias y asma, afectando principalmente a los niños. Sin embargo, las políticas impulsadas por la administración Biden han comenzado a generar cambios positivos, creando empleos y promoviendo la justicia ambiental.
Aproximadamente 3.3 millones de hispanos en EE. UU. viven a menos de una milla de estas instalaciones contaminantes, lo que aumenta el riesgo de enfermedades relacionadas con el aire y el calor extremo. En áreas como Pacoima, California, donde crecí, la calidad del aire ha afectado gravemente la salud de las comunidades latinas, sobre todo la de los niños, que presentan altas tasas de asma.
Para abordar esta problemática, la administración Biden, a través de leyes clave como la Ley de Infraestructura Bipartidista (BIL) y la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), ha impulsado una serie de iniciativas para reducir las emisiones contaminantes y mejorar la calidad del aire. Programas como el Fondo de Reducción de Gases de Efecto Invernadero, el Programa de Reducción de Emisiones de Metano y el Programa de Autobuses Escolares Limpios están siendo implementados para mitigar los efectos de la contaminación y proteger la salud pública.
Además de los avances en salud ambiental, estas leyes han dado lugar a la creación de miles de empleos en el sector de la energía limpia. Desde la firma de la IRA en 2022, ya se han generado más de 330,000 puestos de trabajo en energías renovables. Se espera que, para 2030, esta cifra aumente a 1.5 millones, brindando a las comunidades latinas una oportunidad única para acceder a empleos bien remunerados y estables en el sector verde.
Uno de los logros más importantes es el Clean School Bus Program, que busca reducir la contaminación por diésel en las escuelas, beneficiando a generaciones de niños, maestros y familias. Este programa es un ejemplo claro de cómo las políticas proactivas pueden generar cambios tangibles para mejorar la salud pública.
Sin embargo, el congresista Cárdenas advierte que es fundamental mantener y fortalecer estos avances. En contraste con las políticas de la administración anterior, que favorecían a la industria del petróleo y gas, la actual administración prioriza la salud y el bienestar de las comunidades, especialmente de las más vulnerables, como las latinas.
“Debemos seguir luchando por un futuro donde las comunidades latinas puedan vivir en un entorno saludable y sin los efectos devastadores del cambio climático”, afirmó Cárdenas.
El camino hacia una economía verde, inclusiva y sostenible está tomando forma. Con más inversiones en energía limpia y empleos verdes, las comunidades latinas tienen la oportunidad de prosperar en un futuro más saludable y justo para todos.
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