Cambio climático

Islas de calor aumentan temperatura en la CDMX tres o cuatro grados

Redactor: Daniel Lee

La Ciudad de México experimenta incrementos locales en la temperatura de hasta tres o cuatro grados Celsius debido a las llamadas «islas de calor».   

Estos fenómenos se deben a la urbanización, sobrepoblación, densidad de edificios, asfalto y actividad humana en áreas urbanas densamente pobladas.   

Francisco Estrada Porrúa, coordinador del Programa de Investigación en Cambio Climático (PINCC) de la UNAM, advierte que este problema afecta a las ciudades donde reside más del 70 por ciento de la población de México.  

Un estudio realizado en la UNAM revela que estas «islas de calor» han generado aumentos locales significativos en la temperatura en diversas zonas de la Ciudad de México, especialmente en la parte oriental y en áreas con nuevas urbanizaciones.  

En una conferencia titulada «Caracterizando la isla de calor en superficie de la Zona Metropolitana del Valle de México», ofrecida como parte de un seminario del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC), Estrada Porrúa explicó que las islas de calor urbano crean una diferencia notable en las temperaturas del aire, la superficie y la subsuperficie en comparación con áreas rurales cercanas.  

El experto mencionó que la climatología urbana es un campo de estudio activo desde hace casi 200 años, y uno de los pioneros en México fue Ernesto Jáuregui Ostos, investigador del ICAyCC.  

Estrada Porrúa destacó que varios factores contribuyen al fenómeno de las islas de calor, como el cambio climático global, la geografía (longitud y altitud), la variabilidad natural, así como los contaminantes atmosféricos, como los aerosoles y el carbono negro.  

El reemplazo de paisajes naturales por áreas urbanas, con su mayor capacidad térmica y calorífica debido a las actividades humanas, también desempeña un papel importante en la formación de estas islas de calor.  

El coordinador del PINCC advirtió que las islas de calor son una preocupación global que afecta a más de mil 692 grandes ciudades en todo el mundo, que albergan a más del 50 por ciento de la población y generan el 80 por ciento del producto interno bruto de las naciones. Además, existe una sinergia entre el calentamiento local y el calentamiento global, lo que puede aumentar aún más la temperatura local.  

Para mitigar este fenómeno, Estrada Porrúa propuso la utilización de techos blancos y suelos frescos en edificaciones nuevas y existentes. Estos techos reflectantes, conocidos como «techos blancos», pueden elevar el albedo de las ciudades, reduciendo así el efecto de isla de calor y enfriando las áreas urbanas hasta tres grados Celsius.  

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