Redacción: Inés Arroyo
Un juez federal ha emitido una segunda suspensión provisional contra la construcción de una casa de descanso para militares en Bacalar, ubicada a orillas de la famosa Laguna de Bacalar. La obra, impulsada por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), ha sido criticada por su posible impacto negativo en el ecosistema local y por haberse exento de los permisos ambientales necesarios por parte de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
La demanda fue interpuesta por las asociaciones civiles Defendiendo el Derecho a un Medio Ambiente Sano (DMAS) y Proyecto Justicia Común (Projuc), quienes argumentan que el dragado de la laguna y la construcción de la casa de descanso afectan gravemente uno de los ecosistemas más frágiles de la región. Además, las organizaciones cuestionan la falta de supervisión de las autoridades, como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), especialmente considerando que la obra se encuentra cerca del Fuerte de San Felipe de Bacalar, un sitio histórico del siglo XVIII.
El juez federal, con sede en Chetumal, resolvió a favor de las organizaciones civiles y extendió la suspensión provisional de las obras. Esta decisión refuerza una medida similar que fue emitida a principios de abril, aunque aún no se ha resuelto si se otorgará la suspensión definitiva. Las autoridades locales han sido acusadas de permitir el avance de la obra sin realizar una adecuada evaluación de impacto ambiental.
El conflicto se ha intensificado tras el ingreso de maquinaria al sitio, a pesar de la suspensión previa. La audiencia para determinar si la suspensión definitiva se mantiene o se levanta se celebrará el 6 de mayo. Este fallo podría ser clave para el futuro del proyecto y para la protección del entorno natural y cultural de Bacalar.
Este caso se suma a las crecientes preocupaciones por el impacto ambiental de varios proyectos en la región, como el Tren Maya, que también ha generado controversias por sus efectos sobre la biodiversidad local.
Las organizaciones defensoras del medio ambiente esperan que se continúe con la suspensión de la obra, para evitar que se cause un daño irreversible a la Laguna de Bacalar, un importante atractivo turístico y ecosistema de la península de Yucatán.
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