En la Ciudad de México y su área metropolitana, la contaminación atmosférica es un problema que en los últimos años ha preocupado a los expertos, ya que las medidas para reducir las emisiones contaminantes, así como los programas de verificación, parecen no ser suficiente.
Expertos del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM han alertado que se necesitan medidas adicionales para reducir las concentraciones de ozono, esto fue en una conferencia de prensa titulada Contaminación por ozono, inicio de la temporada 2023” dirigida por el experto en la UNAM Óscar Peralta Rosales.
En 2019, se declararon cuatro contingencias, dos de las cuales duraron varios días y se concentraron en la zona suroeste del Valle de México. En 2020, sólo se declaró una, en noviembre, que duró solo un día y unas horas, probablemente debido a la emergencia sanitaria y al comportamiento atípico en la emisión de precursores de ozono. Sin embargo, en 2021 se registraron tres contingencias, y en 2022, seis, una de las cuales duró 51 horas.
Hay varios factores por los que estas contingencias se activan, la hora donde se tienen registradas es entre las 3 y las 5 de la tarde, con las condiciones específicas como lo son: las altas temperaturas registradas en los meses de abril y mayo en horas de la tarde, la escasez de lluvia y la menor nubosidad, permiten una mayor radiación ultravioleta que detona la formación del contaminante.
Este incremento en la contaminación puede traer problemas severos para las y los mexicanos, y como dichos incrementos se dan en la zona suroeste de la ciudad y tomando en cuenta que la mancha urbana está rodeada en todas las direcciones por montañas, es casi imposible que estos contaminantes se dispersen.
La especialista de la UNAM Elizabeth Vega Rangel explicó que el ozono se forma en la tropósfera baja a partir de dos precursores: óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles, más radiación solar. De estos, solo los primeros están normados y se miden de manera sistemática por la Secretaría del Medio Ambiente a través de la Red Automática de Monitoreo Atmosférico. Por lo tanto, es importante conocer las concentraciones y diferentes especies que conforman los compuestos orgánicos volátiles en la atmósfera.
El Instituto De La Ciencias Atmosféricas Y Cambio Climático mostró una infografía donde se explica que entre el transporte público (Metrobús), camiones de carga y autos particulares, estos últimos son los que más porcentaje contaminan, siendo un 80%.
Pero no todo se queda en los automóviles, ya que en los hogares se ha observado que el consumo de productos domésticos para limpieza y aseo personal, así como pinturas y productos químicos en la industria, tienen un impacto muy importante en la formación de ozono. Alrededor del 15 por ciento de ese potencial proviene de los llamados compuestos orgánicos oxigenados, de hecho, ya se está haciendo una encuesta para saber qué productos son los más dañinos.
Todas estas condiciones sumadas a las pocas lluvias son las que hacen que la contaminación en el Valle de México esté empeorando, lo importante es identificar con esa encuesta los productos que son peligrosos y con eso ejecutar una nueva estrategia que podría generar un gran avance en la reducción de las emisiones contaminantes.
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