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La elección de Estados Unidos son una batalla crucial para el futuro ambiental

La elección de Estados Unidos son una batalla crucial para el futuro ambiental

En el escenario político de Estados Unidos, la regulación medioambiental ha emergido como un tema crucial, especialmente con la posibilidad de una segunda presidencia de Donald Trump. Las diferencias entre las políticas ambientales de Trump y Biden no podrían ser más marcadas, y sus implicaciones para el futuro del clima y la economía del país son significativas. 

Durante su primera administración, Trump implementó una serie de desregulaciones ambientales que generaron controversia. Según el Instituto Brookings, su administración revirtió más de 100 regulaciones medioambientales, enfocándose principalmente en favorecer a la industria de los combustibles fósiles. Entre sus acciones más destacadas se encuentran la retirada del Acuerdo de París y la eliminación del Plan de Energía Limpia de Obama, reemplazándolo con la Regla de Energía Limpia Asequible, que es significativamente menos estricta en la reducción de emisiones de CO2​​. 

Trump también debilitó regulaciones sobre la emisión de mercurio y otros contaminantes tóxicos de las plantas de energía, y redujo la supervisión sobre la eliminación de cenizas de carbón, una medida que ha causado contaminación del agua​. Además, levantó prohibiciones sobre la exploración de petróleo y gas en el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico y en otras áreas protegidas​. 

En contraste, la administración Biden ha buscado revertir muchas de las desregulaciones de Trump a través de una estrategia en dos fases para la Ley Nacional de Política Ambiental (NEPA). La Fase 1 restableció la necesidad de considerar efectos directos, indirectos y acumulativos en el proceso NEPA, mientras que la Fase 2 introdujo nuevas disposiciones para reforzar la implementación de medidas de mitigación y considerar el cambio climático y la justicia ambiental en los análisis​. 

La Ley de Reducción de la Inflación, uno de los logros legislativos más importantes de Biden, ha impulsado la transición hacia la energía limpia mediante incentivos fiscales y ha apoyado la compra de vehículos eléctricos e híbridos enchufables​. Sin embargo, algunos críticos, como Jeff Ordower de 350.org, argumentan que Biden ha permitido demasiadas nuevas perforaciones de petróleo y gas, lo que podría contradecir sus objetivos climáticos a largo plazo​ (Yale Climate Connections)​. 

En preparación para una posible segunda administración de Trump, grupos conservadores han desarrollado el Proyecto 2025, un plan detallado de 920 páginas que busca desmantelar gran parte del trabajo climático del gobierno federal. Este plan propone bloquear la expansión de la red eléctrica para energía eólica y solar, reducir el financiamiento de la Oficina de Justicia Ambiental de la EPA, cerrar las oficinas de energía renovable del Departamento de Energía y delegar más regulación de industrias contaminantes a funcionarios estatales republicanos​. 

Los defensores del Proyecto 2025, como Paul Dans de la Fundación Heritage, ven este plan como un esfuerzo sistemático para preparar una toma de poder conservadora que podría revertir décadas de progreso ambiental y promover la industria de combustibles fósiles por encima de las protecciones ambientales. 

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