Energías Renovables Cambio climático

La energía eólica se posiciona como una alternativa limpia en el panorama energético

Redacción Laura**

La búsqueda de fuentes alternas de energía se ha vuelto esencial en la lucha contra el cambio climático y la preservación del medio ambiente. Una de las soluciones que destaca en este escenario es la energía eólica. 

Originaria de la antigua Grecia y siendo Eolo, el Dios del viento, su principal inspiración, la energía eólica ha recorrido un largo camino desde impulsar barcos fenicios con velas hasta alimentar ciudades enteras en el mundo contemporáneo. 

Las raíces de esta energía se pueden rastrear hasta los molinos de viento utilizados históricamente para la molienda de granos. Sin embargo, fue durante la crisis energética del siglo XX que resurgió como una solución viable para enfrentar las consecuencias ambientales del uso excesivo de combustibles fósiles. 

La energía eólica, al no depender de combustibles, se clasifica como una fuente de energía limpia. Su operación tiene un bajo impacto ambiental, ya que capitaliza la fuerza cinética del viento para mover las aspas de los aerogeneradores, que a su vez, transforman esa energía mecánica en electricidad. 

A pesar de que el principio detrás de su funcionamiento es simple, la magnitud de electricidad que se busca producir actualmente requiere la instalación de múltiples aerogeneradores de diferentes capacidades y tamaños. 

Ventajas de la energía eólica: 

  • No genera gases de efecto invernadero ni otros contaminantes al no utilizar combustibles. 
  • Minimiza costos de distribución al poderse implementar cerca de las zonas de consumo. 
  • Escalabilidad: la generación puede incrementarse fácilmente con la instalación de más aerogeneradores. 
  • Versatilidad de ubicación, siempre que haya presencia de viento. 

Desventajas: 

  • Limitada a zonas con suficiente actividad eólica. 
  • Dependencia de la velocidad del viento requiere sistemas de control avanzados. 
  • Impacto visual en paisajes naturales. 

En México, la situación es prometedora. Gracias a vastos litorales y regiones con alta actividad eólica como el Istmo de Tehuantepec en Oaxaca, la capacidad instalada para el año 2022 alcanzó los 7.312 GW distribuidos en 70 parques eólicos. Zonas como Tamaulipas, Baja California, Chiapas, y Nuevo León también se están uniendo al movimiento eólico. 

La industria eólica mexicana, impulsada por su compromiso con el medio ambiente, sigue en expansión, y todo indica que continuará creciendo en los próximos años. Con el apoyo adecuado y una inversión continua, la energía eólica podría convertirse en una de las principales fuentes de energía del país. 

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