Redacción: Guicel Garrido
La obsolescencia del parque vehicular, la transición energética sin apoyos y la desigualdad en la cobertura marcan los desafíos cruciales del sector en el país. El 40% de la población califica el servicio como ineficiente, mientras que la flota de autobuses supera por años la vida útil recomendada, urgiendo un esfuerzo coordinado para cumplir las metas de los ODS en los próximos cinco años.

El transporte público en México enfrenta una encrucijada crítica de cara al año 2030, fecha límite para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Especialistas reunidos en el 15º Congreso Internacional de Transporte han identificado la necesidad urgente de abordar la obsolescencia de las unidades, la transición energética, y la desigualdad en la cobertura como pilares para la modernización.
El panorama actual dista de ser eficiente. Aunque metrópolis como la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey presumen sistemas relativamente modernos (metro, Metrobús, tren ligero), la mayoría de las zonas urbanas y rurales carecen de servicios seguros y confiables. Esta disparidad se refleja en la percepción ciudadana: el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señala que el 40% de la población considera el transporte público como ineficiente.
Elim Luviano, especialista en movilidad, subraya la importancia de este sector: “El transporte mueve a lo más importante de este país: su gente. Es por eso que debemos apostar por este sector que está viviendo un proceso de transición, en algunas ciudades con más retrasos y mala calidad del servicio que en otras.”
Uno de los desafíos más palpables es el estado del parque vehicular. Un estudio de la SICT reveló que la edad promedio de los autobuses urbanos es de 15 años, superando significativamente la vida útil recomendada de 10 años. Peor aún, la flota con placas federales cerró 2023 con una vida útil promedio de 19.3 años, estando oficialmente fuera de norma. La SICT estima que el 41% de la flota de autobuses, camiones y tractocamiones requiere ser renovado de inmediato.
Nicolas Rosales Pallares, Presidente de la AMTM, enfatizó que la modernización es un esfuerzo integral: “Implica el trabajo conjunto de todos los actores para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030”.
La migración a un transporte basado en energías limpias es fundamental, pero enfrenta obstáculos mayúsculos. El principal es la infraestructura insuficiente, con estaciones de carga para vehículos eléctricos que son escasas y mal distribuidas. A esto se suman los costos iniciales elevados de las unidades eléctricas y una marcada falta de incentivos gubernamentales claros y consistentes.
Otros frenos incluyen la resistencia al cambio por parte de operadores y la limitación en el financiamiento. Para que México alcance sus metas de sostenibilidad, la inversión en nueva infraestructura, el desarrollo de políticas de tarifas y subsidios, y la implementación de tecnologías deben acelerarse de manera coordinada. La carrera hacia el 2030 será un examen decisivo para la movilidad y la calidad de vida de los mexicanos.
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