Redacción Melissa Paniagua
Para asegurar el acceso a recursos esenciales como agua, comida, ropa y fármacos debemos, debemos enforcarnos en el suelo en lugar de depender de factores externos. La tierra es la fuente de donde provienen estos bienes, pero a menudo se deja sin protección o se daña a causa del uso de fertilizantes, pesticidas, contaminación y sobreexplotación.
Eduard Müller, de 67 años, rector de la Universidad para la Cooperación Internacional (UCI) en Costa Rica, afirma que la clave para recuperar los suelos degradados es regenerar los ecosistemas sin causar daños ambientales. Según el Atlas Mundial de la Desertificación del Joint Research Centre de la Comisión Europea, el 75 % de los suelos del mundo están degradados.
Para sanear la tierra, Müller destaca la importancia de cubrir los suelos con hojas o ramas. En un bosque de Río Seco, muestra cómo la tierra se mantiene fuerte y protegida bajo una pequeña rama. “La cobertura vegetal evita que el suelo se pierda con las escorrentías. Las hojas amortiguan las gotas de lluvia cuando caen con fuerza, crean un clima de humedad que favorece la vida de otros organismos y evitan que el sol esterilice los primeros cinco centímetros de superficie”, comentó.
En resumen, un suelo sano mejora la producción agrícola para el consumo humano y animal, y es fundamental para la fabricación de medicamentos y telas. También es clave para que el agua se filtre correctamente hacia acuíferos y ríos, por lo que su calidad es esencial para prevenir desastres ambientales.
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