A pesar de que la industria minera mexicana incrementó su inversión en energías limpias en 2022, alcanzando los 41.3 millones de dólares, un 13 por ciento más que en 2021, su consumo de estas energías disminuyó del 50 por ciento registrado en 2021 al 38 por ciento en 2022, según el Informe de Sostenibilidad 2023 de la Cámara Minera de México (Camimex).
El análisis revela que, durante 2022, 42 operaciones mineras generaron y consumieron 4,636 gigavatios por hora (GWh) a partir de fuentes limpias, representando el 38 por ciento del consumo energético total. Esta caída se debe, en parte, a los obstáculos enfrentados para desarrollar proyectos de energía eólica y solar a gran escala, que se vieron frenados por falta de permisos y autorizaciones de interconexión en el país.
De esta proporción, 13.9 por ciento correspondió a cogeneración renovable, 13 por ciento provino de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), 7.1 por ciento de energía eólica, 2.1 por ciento hidroeléctrica y 1.8 por ciento solar. Mientras las empresas mineras enfatizan su compromiso con el incremento del uso de energías limpias, especialmente renovables, para reducir la dependencia de combustibles fósiles, el consumo total de energía de las operaciones mineras y metalúrgicas afiliadas a la Camimex disminuyó 2.3 por ciento en 2022, debido a la implementación de eficiencias energéticas.
El Balance Nacional de Energía de la Secretaría de Energía de 2022 posiciona al sector minero en sexto lugar como consumidor de energía entre las principales industrias, con una distribución del 52 por ciento para electricidad y 48 por ciento en combustibles, especialmente diésel y gas natural.
Este panorama refleja los desafíos que enfrenta la industria minera para equilibrar sus compromisos de sostenibilidad con las realidades operativas y regulatorias del país.
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