Redacción MaJo Gutiérrez
Hay una planta que ayuda a combatir el hambre, fortalecer la diversidad genética necesaria para enfrentar plagas y enfermedades, y ayudar al cambio climático. Se trata de la chaya silvestre. Algunas de sus características son su armadura verde espinosa y urticante; casi siempre está custodiada por hormigas y fue domesticada por los mayas hasta lograr una versión mucho más amable del arbusto, cuyas hojas son comestibles y forman parte de la gastronomía del sur de México y Centroamérica.
La chaya crece en regiones costeras del golfo de México y del Mar Caribe. Su descubrimiento resulta un legado de la cultura maya. Normalmente se consume cocida, aunque también se puede comer en ensaladas y agua. Los arbustos crecen de 2 a 3 metros de altura. Sin duda, hoy tiene grandes beneficios para la salud, ya que contiene propiedades nutricionales como las que trae la espinaca, el amaranto o la lechuga. Los nutrientes que más destacan son el hierro, la proteína, la fibra, el calcio, el potasio, la vitamina A y C, y los antioxidantes como los carotenoides.
Esta misma se considera un cultivo subutilizado, ya que resiste altas temperaturas. E incluso se ha demostrado que tiene compuestos como los flavonoides, los cuales son capaces de prevenir y tratar la inflamación tópica. Se estudia en el laboratorio de ecología terrestre a cargo de Miguel Munguía Rosas, investigador del departamento de ecología humana del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (CINVESTAV) en Yucatán. El científico se interesó en esta especie porque pertenece al género Cnidoscolus, compuesto por 99 especies apodadas como «intocables», distribuidas desde Estados Unidos hasta Argentina.
Su capacidad urticante ha categorizado a esta planta a obtener nombres como «mala mujer» o «espino», y así es como la mayoría de las personas evitan la planta debido a sus defensas químicas, como el ácido cianhídrico, ya que puede causar inflamación y daño según la susceptibilidad de cada persona. Cabe mencionar que la variante domesticada tiene pocas toxinas que son neutralizadas; se suelen localizar en huertos familiares y milpas. Por otro lado, otra forma de comerla es mezclándola con masa para hacer empanadas o tamales, mezclarla con huevo, o molerla con piña o limón para aguas frescas.
Algunos de los beneficios que esta hoja puede tener son que ayuda a combatir y prevenir la anemia debido a su gran contenido de hierro. Además, previene el envejecimiento prematuro, el sobrepeso y reduce el colesterol y los triglicéridos en la sangre gracias a los antioxidantes que contiene.
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