Brasil autorizó a Petrobras a perforar frente a la costa de Amapá, en la desembocadura del Amazonas. La medida preocupa por su impacto en manglares y especies marinas, mostrando la tensión entre energía y conservación.
Redacción: Hena M. Andrés Cuevas
El gobierno de Brasil autorizó a Petrobras a realizar una perforación exploratoria de petróleo frente a la costa del estado de Amapá, en la desembocadura del río Amazonas, donde el río se encuentra con el océano Atlántico. La medida ha generado preocupación entre ambientalistas, científicos y comunidades locales por el posible impacto sobre los ecosistemas marinos y costeros.
La autorización fue otorgada por el Instituto Brasileño del Medio Ambiente (Ibama), luego de una revisión que incluyó estudios de impacto ambiental y planes de contingencia ante posibles accidentes. Según Petrobras, el objetivo de la perforación es recopilar información sobre la existencia de petróleo en cantidades comerciales. La empresa informó que esta fase exploratoria durará aproximadamente cinco meses y que no se planea producción inmediata.
El bloque FZA-M-059, donde se realizará la perforación, se encuentra a unos 175 kilómetros de la costa y forma parte de una de las áreas petroleras más prometedoras de Brasil. Según expertos, las características geológicas del lugar son similares a otras regiones de Sudamérica donde la exploración ha sido exitosa. Petrobras y el gobierno brasileño aseguran que las actividades cumplirán con estrictas normas ambientales y estarán bajo constante supervisión.
A pesar de estas garantías, la iniciativa ha generado críticas. La desembocadura del río Amazonas es hogar de manglares, arrecifes y especies marinas como delfines, tortugas y numerosos peces, además de aves que dependen de estos ecosistemas. Los expertos advierten que un derrame de petróleo, aunque sea pequeño, podría tener efectos graves y duraderos sobre estas especies y sobre la calidad del agua. Además, la perforación genera ruido submarino y aumenta el tráfico de embarcaciones, factores que pueden alterar el comportamiento de animales sensibles.
Las comunidades costeras también están preocupadas. Muchas dependen de la pesca artesanal, del turismo ecológico y de la recolección de recursos naturales. Una posible contaminación afectaría sus ingresos y su conexión cultural con la naturaleza.
La decisión de autorizar la perforación plantea preguntas sobre el equilibrio entre desarrollo económico y conservación ambiental. Brasil, que busca reforzar su independencia energética, se enfrenta al reto de proteger una de las zonas más biodiversas del mundo mientras explora recursos que podrían impulsar su economía. La perforación exploratoria frente a la desembocadura del río Amazonas recuerda que cada decisión sobre energía tiene un impacto directo en la vida natural y en las comunidades que dependen de ella.

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