Redacción: Regina De Quevedo
Se ha vuelto común encontrarnos con animales silvestres en zonas urbanas y semiurbanas. La vida silvestre y la biodiversidad son componentes vitales de las ciudades sostenibles y saludables.

Animales como zorros, tlacuaches, aves rapaces, serpientes e incluso ciervos pueden aparecer cerca de nuestras casas, parques o carreteras. En ese momento, podemos preocuparnos o querer hacer algo, pero lo mejor y más necesario es no intervenir. Los animales silvestres cumplen funciones necesarias para los ecosistemas, incluso en la ciudad. Por ejemplo, los tlacuaches ayudan a controlar plagar de insectos y roedores; las aves rapaces regulan poblaciones de mamíferos pequeños; y los polinizadores, como abejas y murciélagos nectarívoros, sostienen la reproducción de plantas.
Si alteramos su comportamiento por una intervención innecesaria, puede poner en riesgo tanto a las personas como al animal. Por lo tanto, no es necesario realizar una intervención. Por ejemplo, si el animal está cruzando la calle, se encuentra en una barda o descansando en un árbol, lo mejor es solo observar a distancia. Si el animal no presenta heridas, signos de enfermedad o comportamientos extraños, probablemente está bien. En el caso de los polluelos, muchas pasan tiempo fuera del nido antes de volar y sus padres deben estar cerca alimentándolos, por lo que intervenir puede separarlos definitivamente.
¿En qué momento debemos intervenir?
- Animales heridos o enfermos: Si el animal cuenta con golpes, fracturas visibles, sangrado, dificultad para moverse o respiración agitada, son señales de alerta.
- Especies en zonas de alto riesgo: Un animal atrapado en carreteras, techos, sótanos o en contacto con mascotas, necesita atención urgente.
- Amenaza directa a personas: En el caso de fauna que puede resultar peligrosa, como serpientes venenosas, es fundamental solicitar ayuda especializada.
- Comportamientos anormales: Animales diurnos, activos de noche, o viceversa, desorientación o agresividad sin razón puede indicar enfermedad.
En estas situaciones, la intervención de especialistas no solo protege a la comunidad, sino que también aumenta las probabilidades de que el animal reciba el cuidado adecuado y sea reubicado en su hábitat. Estar cerca de la naturaleza silvestre también puede mejorar la salud mental y física de las personas y crear conexiones con el medio ambiente.
La vida silvestre es fundamental y merece ser estudiada y conservada, aprender a convivir con ellos es necesario para que estos animales logren más que solo su supervivencia, sino tambien logre un beneficio para los ecosistemas urbanos.
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