Tras las devastadoras inundaciones causadas por la tormenta tropical Ophelia el mes pasado, Nueva York y Luisiana buscan en las ostras una solución visionaria para combatir los estragos del cambio climático. Estos bivalvos, una vez esenciales para la economía y la cultura de ambas comunidades, están siendo restaurados en un esfuerzo para proteger las vulnerables costas de las mareas de tempestad, la erosión y el aumento del nivel del mar. El Proyecto Mil Millones de Ostras planea reintroducir mil millones de estos bivalvos en Nueva York para 2035, mientras que en Luisiana, se construyen costas vivas utilizando conchas de ostras para combatir la erosión y preservar el patrimonio cultural.
El verano de 2023 se ha caracterizado por sus extremos climáticos, con Nueva York experimentando el septiembre más lluvioso en más de un siglo. Este fenómeno climático, intensificado por el cambio climático, no es nuevo para la ciudad, que ya sufrió inundaciones con la supertormenta Sandy hace doce años. Las ostras, que alguna vez fueron una fuente importante de alimento y economía en Nueva York, están siendo vistas ahora como barreras naturales contra estos desastres climáticos. Una ostra adulta puede filtrar hasta 189 litros de agua al día, y su restauración no solo combate las inundaciones, sino que también secuestra carbono, combatiendo directamente las causas del cambio climático.
En Luisiana, estado que produce un tercio de las ostras cultivadas comercialmente en EE.UU., la restauración de los arrecifes de ostras también está en marcha para proteger su litoral erosionado. A través de la Coalition to Restore Coastal Louisiana, las conchas de ostras recogidas de restaurantes y lugares públicos se utilizan para construir arrecifes y hábitats costeros. Estos esfuerzos no solo reducen la erosión en hasta un 50% sino que también preservan lugares de patrimonio cultural en riesgo debido al cambio climático.
A pesar de los beneficios ofrecidos por las ostras, las soluciones basadas en estos bivalvos enfrentan desafíos. Las temperaturas marinas récord y las olas de calor marinas amenazan la vida oceánica, incluidas las ostras. Como señala la arquitecta paisajista Kate Orff, fundadora de SCAPE, «Las ostras no son una solución rápida». Si bien la restauración de los arrecifes de ostras no detendrá el aumento del nivel del mar ni las fuertes lluvias, ofrecen una solución con beneficios ambientales y económicos múltiples.
La restauración de ostras es solo una de las múltiples medidas que las comunidades costeras están tomando para adaptarse al cambio climático. Sin embargo, su implementación pone de manifiesto la necesidad de soluciones innovadoras y basadas en la naturaleza para abordar los retos del clima en constante evolución.
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