Redacción: Arturo Cruz
La Comisión Europea ha planteado integrar el programa LIFE —fundamental para la conservación del oso pardo cantábrico y el lince ibérico— en un nuevo Fondo Europeo de Competitividad a partir de 2028. Este cambio genera preocupación entre organizaciones conservacionistas por el impacto que puede tener en el medio ambiente y los ecosistemas.
Desde su inicio en 1992, LIFE ha cofinanciado más de 6.000 proyectos dedicados a restaurar ecosistemas y proteger la biodiversidad. En España, algunos proyectos clave han resultado cruciales: el éxito del proyecto LIFE Osos con Futuro ha permitido que la población de oso pardo aumentara de menos de 70 a más de 400 ejemplares en menos de tres décadas. Además, se han plantado 150,000 árboles y arbustos y 25,000 castaños injertados, fortaleciendo los recursos alimentarios del oso y reduciendo conflictos con humanos.
El programa cuenta con un subprograma específico de Naturaleza y Biodiversidad, enfocado en la preservación de especies amenazadas como el lince ibérico y el oso pardo, y en la consolidación de la red Natura 2000. Esta línea ha contribuido directamente a la recuperación del lince y la cigüeña negra, entre muchas otras especies.
Además, LIFE ha impulsado acciones en económica circular, calidad ambiental, energía limpia y adaptación climática, con proyectos de eficiencia, gestión del agua, y energías renovables que reducen emisiones de CO₂ y mejoran la calidad de vida. Estas iniciativas apoyan los objetivos del Pacto Verde Europeo y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En el ámbito social y económico, LIFE ha impulsado empleo local, involucrando a ONG, comunidades rurales, voluntariado y sector académico. Además, ha contribuido a mejorar la aceptación social del oso pardo y facilitar la convivencia entre especies y humanos.
El Programa LIFE ha generado beneficios ambientales concretos:
- Recuperación poblacional de especies emblemáticas como oso pardo y lince.
- Restauración de hábitats y recursos naturales.
- Implementación de estrategias climáticas, energéticas y circulares.
- Fortalecimiento de la gobernanza ambiental y participación ciudadana.
- Creación de empleo local y mayor conciencia ambiental.
La posible integración en un fondo centrado en competitividad genera incertidumbre sobre la continuidad de estos logros —especialmente si cambia la prioridad desde la biodiversidad hacia la industria— a pesar de las garantías institucionales.
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