Redacción: Enrique Hernández
Este fin de semana, intensas precipitaciones en el sur de Alemania elevaron significativamente el nivel del río Rin, lo que permitió a los buques retomar la navegación con carga completa tras semanas de restricciones que limitaban su capacidad a menos del 50 % debido a la baja del cauce. El respiro entró en vigor especialmente en los tramos norteños, donde la reactivación del transporte fluvial al 100 % representa un alivio para la logística de mercancías
En el crucial punto de Kaub, las lluvias recientes elevaron el nivel lo suficiente como para que las embarcaciones pudieran transportar hasta 1,400 toneladas, frente a las 870 toneladas de principios de abril. Pese a ello, persisten zonas del Rin, sobre todo al sur de Colonia, en las que la profundidad aún no alcanza la normalidad total, obligando a los operadores a mantener recargos por flete y a dividir envíos en varias naves
En el puerto de Duisburg, considerado el mayor puerto fluvial del mundo, las compañías navieras informaron que ya operan a plena carga, lo que reduce los costos logísticos derivados de viajes adicionales y surmenajes. Durante el periodo de bajo nivel, los usuarios de la vía afrontaron gastos extra por el menor calado de los barcos y los recargos aplicados por los transportistas
El Rin es una arteria vital para el transporte de cereales, minerales, carbón y productos petrolíferos en Europa central. La recuperación del caudal beneficia no solo a Alemania, sino también a Países Bajos y Suiza, que dependen de esta ruta para sus exportaciones e importaciones de materias primas
No obstante, los expertos advierten que sin precipitaciones continuas el río podría volver a niveles críticos en cuestión de semanas. La primavera pasada sirvió de lección tras una sequía histórica que en 2022 forzó restricciones prolongadas y desató costes millonarios en la cadena de suministro
Los pronósticos meteorológicos anticipan nuevos episodios de lluvia en la cuenca del Rin esta semana, lo que podría consolidar la estabilización del nivel y garantizar una navegación fluida de cara al verano, cuando la demanda de transporte fluvial suele repuntar con la cosecha de grano y el suministro de energía.