Redacción: Inés Arroyo
En el mundo animal, los colores no son solo un adorno. Muchos animales han desarrollado tonalidades brillantes y patrones complejos como una forma de adaptarse y sobrevivir. El color puede ayudarles a esconderse, defenderse, atraer pareja o incluso engañar a sus presas.
Un ejemplo impresionante es el camarón mantis pavo real, un crustáceo que vive en aguas tropicales. Aunque su nombre puede llevar a confusión, no es un camarón, sino un pariente cercano. Sus colores le sirven para pasar desapercibido entre los corales y también como advertencia. Pero lo más sorprendente es su fuerza: puede lanzar un golpe tan rápido y fuerte que rompe conchas… e incluso vidrios de acuario.
El pez mandarín es otra criatura colorida. De pequeño tamaño y sin escamas, produce su propio pigmento azul. Es venenoso y tiene espinas dorsales afiladas. Además, utiliza sus colores y una danza particular para atraer a su pareja.
La araña pavo real, originaria de Australia, tiene un comportamiento único. Solo los machos muestran colores brillantes. Cuando llega el momento del apareamiento, realizan una compleja danza para llamar la atención de la hembra. Si no la convencen, pueden terminar devorados por ella.
En el mar, el pulpo de anillos azules es pequeño, pero extremadamente venenoso. Cuando se siente amenazado, sus anillos se vuelven de un azul intenso, como señal de advertencia. Este animal también puede cambiar de color y de textura para confundirse con el entorno.
El colibrí, por su parte, posee plumas iridiscentes que reflejan la luz de manera distinta según el ángulo. Esto le permite destacar durante el cortejo y también imponerse frente a otros machos.
En las selvas tropicales, la rana dardo muestra colores llamativos que advierten sobre su toxicidad. Algunas especies son tan venenosas que los pueblos indígenas han usado su piel para impregnar las puntas de sus flechas. Hoy, su veneno es estudiado para fines médicos.
La babosa de mar conocida como oveja de mar también tiene colores brillantes. Lo más curioso es que puede hacer fotosíntesis, ya que conserva cloroplastos de las algas que consume. Este proceso le permite generar energía, algo muy raro entre los animales.
La mantis orquídea rosada ha desarrollado un camuflaje asombroso. Su cuerpo imita el aspecto de una flor. Así, atrae a insectos que buscan néctar y los caza por sorpresa.
Por último, el loro arcoíris combina múltiples colores en su plumaje. Estas tonalidades le permiten destacar dentro de su grupo, llamar la atención de su pareja e incluso esconderse entre el follaje.
La naturaleza ha hecho del color una herramienta clave para la vida. Lejos de ser un simple adorno, es una estrategia refinada que puede marcar la diferencia entre sobrevivir o desaparecer.
¿Te gustó nuestra nota? ¡Contáctanos y deja tu comentario! AQUÍ
Conoce nuestra red ANCOP Network AQUÍ