Redacción: Amairany Ramírez
Los niños que nacen hoy están destinados a vivir en un mundo marcado por las severas y desproporcionadas consecuencias del cambio climático, una crisis que ellos no generaron y que ninguna generación anterior ha enfrentado en la misma magnitud. Esta es la sombría realidad que se desprende de un estudio reciente realizado por la Universidad Vrije de Bruselas (VUB) y la organización Save the Children.
La investigación, cuyos detalles se publicaron en la revista Nature, analizó datos de población y proyecciones climáticas para entender cómo los fenómenos extremos afectarán a las distintas generaciones, desde 1960 hasta 2020. Los hallazgos son claros: cuanto más joven es una persona, mayor es la probabilidad de que sufra las peores consecuencias del calentamiento global.
Luke Grant, científico de la VUB y autor principal del informe, explica que vivir una “vida sin precedentes” en el contexto del cambio climático significa enfrentarse a una cantidad de eventos climáticos extremos que, sin la influencia humana, se considerarían extremadamente raros, con una probabilidad de menos de uno entre 10,000 a lo largo de una vida.
El estudio presenta cifras alarmantes para los niños nacidos en 2020. Incluso en el escenario más optimista, si el calentamiento global se limita a 1.5°C por encima de los niveles preindustriales (el objetivo del Acuerdo de París), aproximadamente la mitad de estos niños (el 52%) experimentará olas de calor extremas nunca antes vistas. Esto contrasta fuertemente con las generaciones mayores, como los nacidos en 1960, de los cuales solo el 16% se enfrentaría a esta situación.
Si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando y la temperatura global alcanza los 2.7°C por encima de los niveles preindustriales, la situación empeora drásticamente. En este escenario, alrededor del 83% de los niños nacidos en 2020 (unos cien millones) vivirán condiciones climáticas nunca vistas. Y si el calentamiento llega a 3.5°C, más del 90% estará expuesto a un calor extremo sin precedentes, enfrentándose al 92% de posibilidades de vivir en condiciones climáticas jamás vistas.
Estas condiciones incluyen no solo olas de calor intensas, sino también malas cosechas, inundaciones, ciclones tropicales, sequías e incendios forestales. Los expertos advierten que estas consecuencias serán devastadoras para la salud física y mental de los niños, dificultarán su acceso a alimentos y agua potable, e incluso podrían obligar al cierre de escuelas.
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