Desde el inicio de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador en diciembre de 2018, se ha reportado la trágica cifra de 102 ambientalistas asesinados en México, según datos del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda). Este número destaca la creciente vulnerabilidad de los defensores del medio ambiente en el país, colocándolo entre los más peligrosos del mundo para esta labor.
La violencia contra ambientalistas ha ido en aumento, coincidiendo con la ejecución de megaproyectos como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. Estos proyectos han generado controversias y enfrentamientos debido a sus impactos ambientales y sociales.
El gobierno ha promovido estos grandes proyectos de infraestructura como motores de desarrollo económico, especialmente en el sur de México. Sin embargo, estos han sido también puntos de conflicto ambiental y de derechos humanos, generando un escenario de tensión y enfrentamiento con las comunidades locales.
Con el cambio de administración a cargo de Claudia Sheinbaum, se plantean expectativas y demandas hacia una mayor protección y medidas efectivas para salvaguardar la integridad de los activistas ambientales. Se espera que se aborden de manera integral los temas de gestión de recursos naturales y seguridad para los defensores del medio ambiente.
Los ambientalistas y las organizaciones civiles claman por un cambio en la política y mayores garantías de seguridad, con la esperanza de que se revierta la tendencia de violencia y se promueva un ambiente más seguro para la defensa del medio ambiente en México.
Este escenario en México ilustra los desafíos y riesgos que enfrentan quienes luchan por la conservación ambiental en contextos de grandes transformaciones y desarrollos. Para obtener más información, puede leer el artículo completo en Forbes México.
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