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Más de 2,000 millones de toneladas de CO2 capturadas: la historia detrás del esfuerzo ambiental más ambicioso de EE. UU. 

Más de 2,000 millones de toneladas de CO2 capturadas: la historia detrás del esfuerzo ambiental más ambicioso de EE. UU.

En un esfuerzo por mitigar los efectos del cambio climático, Estados Unidos ha intensificado su inversión en la tecnología de captura y almacenamiento de carbono (CCS, por sus siglas en inglés). Este avance busca reducir significativamente la cantidad de dióxido de carbono (CO2) que se libera en la atmósfera, uno de los principales gases de efecto invernadero responsables del calentamiento global. Actualmente, se estima que las instalaciones en EE. UU. capturan aproximadamente 2,000 millones de toneladas de CO2 al año, una cifra que se espera aumentar con la expansión de esta tecnología. 

La captura de carbono es un proceso que implica atrapar el CO2 emitido por centrales eléctricas y otras instalaciones industriales antes de que llegue a la atmósfera. Una vez capturado, el gas se transporta a un lugar de almacenamiento subterráneo donde se inyecta en formaciones geológicas profundas, quedando sellado de manera segura durante miles de años. Esta tecnología no solo ayuda a reducir las emisiones, sino que también puede facilitar la transición hacia una economía más sostenible al permitir que sectores dependientes de combustibles fósiles reduzcan su huella de carbono mientras avanzan hacia fuentes de energía más limpias. 

A pesar de sus ventajas, la captura y almacenamiento de carbono enfrenta varios desafíos. Uno de los principales obstáculos es el costo. La implementación de esta tecnología requiere una inversión considerable en infraestructura para capturar, transportar y almacenar el CO2. Además, existe un debate sobre la efectividad a largo plazo del almacenamiento subterráneo, así como preocupaciones sobre posibles fugas que podrían liberar el CO2 nuevamente a la atmósfera. 

Sin embargo, el potencial de CCS para mitigar los efectos del cambio climático ha llevado a un creciente apoyo por parte de gobiernos y la industria. La administración Biden, por ejemplo, ha asignado fondos sustanciales para la investigación y desarrollo de esta tecnología como parte de su plan para alcanzar la neutralidad de carbono para 2050. Además, varias empresas del sector energético están invirtiendo en proyectos piloto de captura de carbono, reconociendo la importancia de esta tecnología para cumplir con los objetivos climáticos globales. 

El impulso de Estados Unidos en la captura y almacenamiento de carbono tiene implicaciones significativas a nivel global. Si bien el país es uno de los mayores emisores de CO2, también se posiciona como líder en la adopción de tecnologías que podrían ayudar a otros países a reducir sus propias emisiones. La expansión de CCS podría marcar una diferencia notable en la lucha contra el cambio climático, especialmente si se combina con otras estrategias como la transición hacia energías renovables y la reforestación. 

Además, la captura de carbono no solo se limita a la industria energética. También se está explorando su aplicación en sectores como la fabricación de cemento y acero, que son responsables de una parte considerable de las emisiones globales de CO2. La combinación de CCS con estas industrias podría acelerar la reducción de emisiones en áreas donde es más difícil de implementar soluciones de energía limpia. 

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