Redacción: Inés Arroyo

Los megaincendios se han convertido en uno de los fenómenos más destructivos de las últimas décadas. No solo afectan gravemente a comunidades y ecosistemas, sino que reflejan cómo la naturaleza responde al cambio climático, el abandono rural, la fragmentación del territorio y la pérdida de biodiversidad.
Expertos coinciden en que se requiere un Pacto de Estado que integre medidas preventivas y de gestión para enfrentar estos incendios de gran magnitud. Siete ejes clave podrían marcar la diferencia.
El primero es fomentar una cultura de riesgo y autoprotección, sensibilizando a la población sobre los peligros y señalando rutas de evacuación y puntos de reunión, especialmente en zonas vulnerables.
En segundo lugar, la prevención y gestión forestal, que incluye la creación de cortafuegos productivos, mosaicos de vegetación y quemas controladas para reducir la carga de combustible en los bosques, combinando conservación y actividad económica.
El tercer eje es establecer un sistema de alertas anticipadas, que permita preparar a la población y a los cuerpos de extinción ante condiciones de riesgo extremo.
La gestión de emergencias es otro pilar: se requieren unidades de inteligencia, coordinación nacional de brigadas, formación uniforme y mejores condiciones para los operativos.
Asimismo, la restauración ecológica debe priorizar especies adaptadas al clima futuro y agilizar la recuperación de suelos y vegetación.
El sexto punto se centra en legislación y fiscalidad, reduciendo la burocracia y ofreciendo incentivos a la actividad rural que apoye la prevención de incendios.
Finalmente, la ciencia y la innovación son esenciales, proporcionando acceso a datos abiertos, herramientas de mapeo en tiempo real y previsiones meteorológicas que mejoren la respuesta ante emergencias.
Según estimaciones, la aplicación de estas medidas costaría alrededor de 3.000 millones de euros, menos de la mitad del gasto anual en extinción de incendios. Más importante aún, un Pacto de Estado podría salvar vidas, proteger ecosistemas y reducir pérdidas materiales.
Los megaincendios son una llamada de atención: la naturaleza marca los límites de su resiliencia frente al cambio global. La acción coordinada entre sociedad, ciencia y Estado es clave para evitar tragedias futuras y proteger el equilibrio entre ecosistemas y comunidades.
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