La columna del día Fernando Castro

«Mexicanos de Corazón (Naturalizados) = Ciudadanos de Primera”: Un texto que provoca análisis y obliga revisar nuestro marco legal

Fernando Castro Borges

De acuerdo al estadístico del Instituto Nacional de Migración, actualmente viven en México 16,135,997 personas que nacieron en otro país, de acuerdo a este listado de 80 países diferentes, destacando en primer lugar quienes vienen de Estados Unidos de Norte América (797,266), seguido de España (Más de 144 mil).

Es sin duda una cantidad importante, de personas que eligieron vivir en nuestro país, por diferentes, motivos: desde económicos, políticos, violencia en sus lugares de origen, sociales, académicos, hasta afectivos y de retiro, solo por mencionar algunos. México ha visto en los últimos años una aceleración en el fenómeno migratorio; ya que en el 2010 vivían poco más de 9 millones de ciudadanos procedentes de todo el mundo.

Quintana Roo, es una de las principales entidades que han elegido como nueva residencia. Se considera que alrededor de 40,000 personas que nacieron en otro país habitan en este estado del sur de México y varios de ellos han decidido llevar a cabo el proceso de naturalización para continuar su vida en territorio nacional.

De acuerdo al Artículo 30 de la Constitución política de México, establece que la nacionalidad mexicana se adquiere por nacimiento o por naturalización; en el segundo caso para obtenerla, tiene que seguir un procedimiento donde acredite las condiciones y los requisitos que correspondan para obtener esta personalidad.

Es por ello que tiene gran relevancia el libro publicado por el Dr. Ignacio Alonso Velasco y editado por plumas Negras; titulado “Mexicanos de Corazón (Naturalizados)= Ciudadanos de Primera”; en el que se analiza lo complejo que se vuelve para integrarse a la vida pública y la imposibilidad de tener acceso a postularse a cargos de elección popular o para desempeñar cargos funcionariales, a pesar de que todos los que se cuenta con la ciudadanía mexicana debieran ser iguales ante la ley.

Sin embargo, constituciones estatales, como la quintanarroense, así como muchas de las leyes que las desarrollan parecen insistir en distinguir distintos tipos de mexicanos, los de primera y los de segunda clase, advierte este libro. El texto del Dr. Alonso Velasco pone en la mesa de discusión la violación a los derechos humanos sobre muchos mexicanos por razón de su origen nacional.

Sin duda, es un libro que tenemos que revisar, con su redacción provocativa abre un debate en todas las esferas, del cual todos los ciudadanos mexicanos debemos de preservar y cuidar nuestras instituciones, es un orgullo que da identidad. Además de que estamos obligados hacer valer los derechos humanos de todos los que han decidido vivir en nuestro territorio.

Somos una nación de leyes que se ha caracterizado, históricamente, en dar la bienvenida a todo el mundo; lo ideal es que podamos cohabitar en la armonía que ofrece el marco legal.

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