Redacción: Inés Arroyo
Desde 2016, el mercado de valores en México ha abierto camino a una forma distinta de invertir: con conciencia y compromiso. A través de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), ya se han colocado más de 400 mil millones de pesos en bonos temáticos, dirigidos a proyectos que cuidan el medioambiente, apoyan a comunidades y promueven buenas prácticas de gobernanza.
Este tipo de financiamiento, conocido como ASG (Ambiental, Social y de Gobernanza), ha sido posible gracias a la participación de 38 emisoras que han realizado un total de 122 emisiones. Entre ellas destacan los sectores financieros, de telecomunicaciones, servicios públicos, productos de consumo y construcción.
- Los bonos se dividen en cinco categorías:
- Bonos sustentables (49 emisiones)
- Bonos vinculados a objetivos de sostenibilidad (35 emisiones)
- Bonos verdes (24 emisiones)
- Bonos sociales (13 emisiones)
- Un bono azul (1 emisión)
Diversas empresas han sido clave en este avance. La CFE, por ejemplo, ha destinado recursos a energías limpias y electrificación de zonas vulnerables. América Móvil impulsa proyectos que cuidan los recursos naturales y protegen a las especies. Banorte financia vivienda asequible y otorga préstamos a grupos sociales vulnerables.
En los bonos vinculados a metas destacan Cemex, con una estrategia clara para reducir sus emisiones de carbono, y Arca Continental, que trabaja en empaques sostenibles, reciclaje y energías renovables.
También hay esfuerzos con enfoque social. FIRA, Banco Compartamos y ConCrédito han emitido bonos sociales, algunos de ellos con énfasis en el apoyo a mujeres empresarias y a pequeñas empresas familiares.
A partir de 2026, todas las empresas listadas en la Bolsa deberán reportar cada año su información relacionada con sostenibilidad, como parte de una nueva normativa publicada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). Esta medida busca mayor transparencia y fortalecer la confianza en este tipo de inversión.
México ha sido reconocido por el Climate Bond Initiative como el primer país del mundo en emitir bonos con enfoque ASG como parte de su deuda total. El primero se lanzó en diciembre de 2016 por el gobierno de la Ciudad de México, marcando el inicio de una tendencia que no ha dejado de crecer.
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