Redacción: Guicel Garrido
La administración de Claudia Sheinbaum busca que el 45% de la electricidad provenga de fuentes limpias, lo que requiere la asombrosa cifra de 40 GW de capacidad nueva, diez veces más que en el sexenio anterior.
La nueva administración del gobierno mexicano se ha fijado una meta energética ambiciosa: generar el 45% de la energía del país a partir de fuentes limpias. Sin embargo, este objetivo implica la construcción de unos asombrosos 40 Gigavatios (GW) de capacidad renovable, un nivel que el Estado estará “lejos de alcanzar sin la participación de las empresas privadas”, advirtió Guillermo García Alcocer, ex comisionado presidente de la extinta Comisión Reguladora de Energía (CRE).
En su participación en el 33 Congreso Nacional de Ingeniería Civil, organizado por el Colegio de Ingenieros Civiles de México, García Alcocer destacó la magnitud del desafío. La meta de 40 GW es diez veces mayor que los 4.2 GW en ciclos combinados que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) proyectaba construir durante el sexenio anterior.
“Es un objetivo acá, 10 veces más grande sin tener los recursos”, comentó el ex funcionario, subrayando la necesidad urgente de buscar la colaboración del sector privado. La CFE puede contribuir con proyectos puntuales, como el de Puerto Peñasco, pero el volumen restante de los 40 GW —que representa una vasta cantidad de “obra por todo el país”— requiere una movilización de capital e infraestructura que va más allá de la capacidad estatal.
“Hay que ver qué instrumentos se pueden hacer para que la iniciativa privada ayude al gobierno”, enfatizó García Alcocer, instando a las autoridades a definir rápidamente mecanismos que permitan “cerrar esa pinza” y canalizar la inversión necesaria.
El experto también señaló que la transición energética global está estancada debido a la falta de fondeo y a la ausencia de acuerdos internacionales claros. El debate se centra en que los países con mayores emisiones históricas de carbono son los que deben aportar más recursos para revertir el cambio climático. A nivel nacional, el mayor gasto en esta transición se concentra en la generación eléctrica.
A pesar de los obstáculos, García Alcocer se mostró cautelosamente optimista sobre el panorama actual. “En 2025 estamos mejor que en el sexenio pasado… se reconoce que la transición energética es necesaria y que el sistema eléctrico no puede crecer solo,” comentó. No obstante, persisten las dudas sobre los roles específicos. Aún no se tiene “muy claro cuál es el rol del Estado y de la participación privada”, lo que mantiene la incertidumbre.
Un análisis reciente de México ¿Cómo vamos?, elaborado por la especialista Rosanety Barrios, destaca que la Reforma Energética de 2024 reafirma la prevalencia del Estado, asegurando que al menos el 54% de la energía inyectada a la red le pertenezca. Esto deja un máximo del 46% para la generación privada, un porcentaje que deberá ser gestionado mediante la planeación vinculante para garantizar que México pueda cumplir con su gigantesca, pero crucial, meta de energía limpia.
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