Redacción: Guicel Garrido
México, Guatemala y Belice han firmado un acuerdo histórico para proteger la gran selva maya, la segunda selva tropical más grande de América después de la Amazonía. La iniciativa busca preservar 5.7 millones de hectáreas, salvaguardando no solo la rica biodiversidad de la región, que alberga a 7 mil especies, sino también el patrimonio cultural precolombino y el bienestar de los pueblos originarios. Edwin Castellanos, viceministro de Recursos Naturales y Cambio Climático de Guatemala, destacó que esta cooperación transnacional, que crea el corredor biocultural de la gran selva maya, hará más efectiva la lucha contra problemas comunes como la tala ilegal, la deforestación y la crisis climática, que las fronteras individuales de cada país no podían controlar eficazmente.
El acuerdo se centra en una estrategia integral que aborda la gestión del medio ambiente y la seguridad regional. Una de las metas principales es reducir las emisiones de carbono concentradas en la selva, además de regular el ciclo del agua y conservar la integridad ecológica. En el ámbito de la seguridad, el viceministro Castellanos señaló que la cooperación permitirá enfrentar los ilícitos en esta vasta área, como el narcotráfico en ciertas zonas de Guatemala, asegurando así un territorio valioso tanto por su biodiversidad como por su potencial turístico. Se compartirán información, tecnología y entrenamiento para el manejo integrado del fuego y la gestión sostenible de los recursos maderables y no maderables.
Además de los beneficios ecológicos y de seguridad, la iniciativa tiene un fuerte componente cultural y económico. Se busca proteger los sitios arqueológicos de la civilización maya y la identidad de las comunidades indígenas y afrodescendientes. Esta riqueza cultural, combinada con la biodiversidad de la selva, se convertirá en un atractivo para el turismo regional, lo que impulsará la economía local. Según Castellanos, este enfoque no solo preserva el pasado, sino que también ofrece un futuro sostenible a los 2 millones de personas que dependen de estos ecosistemas.
Para fortalecer el desarrollo económico y turístico, el acuerdo contempla la expansión del Tren Maya hacia puntos de interés cultural en Guatemala y Belice. Se han sostenido reuniones para planificar una ruta que minimice el impacto ambiental, particularmente la deforestación. Esta expansión tiene como objetivo detonar una zona económica a través del turismo sostenible, beneficiando a las comunidades y a toda la región. El acuerdo marca un hito en la cooperación regional, demostrando que la acción conjunta es fundamental para enfrentar los desafíos de conservación y desarrollo en la gran selva maya