El calentamiento global, uno de los problemas más críticos de nuestra era, está afectando gravemente la biodiversidad en México. Entre las especies más vulnerables se encuentran los monos aulladores, cuya población ha sido severamente impactada por las olas de calor extremo que azotan el país. Las temperaturas extremas, que han alcanzado los 45ºC, están poniendo en peligro la supervivencia de estos primates.
Los monos aulladores, conocidos por sus fuertes vocalizaciones, están sufriendo los efectos devastadores del calor extremo. En el estado de Tabasco, más de 138 monos han muerto debido a las altas temperaturas y la falta de agua. Muchos de estos animales han sido encontrados en estado crítico, deshidratados y con fiebre. Veterinarios y biólogos locales han tenido que tratar a los monos con hielo y suplementación intravenosa para salvar sus vidas.
El doctor Sergio Valenzuela, veterinario en Tabasco, ha atendido a numerosos monos en condiciones críticas. «Llegaron en condición crítica, con deshidratación y fiebre, completamente indefensos, y con un golpe de calor», comenta Valenzuela. Gracias a su intervención, algunos de los monos están recuperándose, aunque muchos otros no han tenido la misma suerte.
Por otro lado, el biólogo Gilberto Pozo ha observado la trágica caída de estos primates desde los árboles, debilitados por el calor. «Caían de los árboles como manzanas», relata Pozo, describiendo la gravedad de la situación. La combinación de altas temperaturas y una disminución en las precipitaciones ha creado un ambiente letal para estos animales.
Las comunidades locales y los expertos en vida silvestre están trabajando arduamente para salvar a los monos aulladores. Sin embargo, enfrentan desafíos significativos, como la transmisión de enfermedades de mascotas domésticas a los primates rescatados. A pesar de las buenas intenciones de los residentes, llevar a los monos a sus hogares puede ser contraproducente.
¿Te gustó nuestra nota? ¡Contáctanos y deja tu comentario! AQUÍ
Conoce nuestra red ANCOP Network AQUÍ
Agregar comentario