Redacción: José Sahagún

El cambio climático ya no es solo una preocupación ambiental: comienza a convertirse en una amenaza real para el patrimonio cultural mundial. Obras de arte únicas —pinturas, esculturas, frescos, manuscritos— están expuestas a riesgos crecientes como inundaciones, humedad extrema, sequías, temperaturas inusualmente altas, incendios forestales y fenómenos meteorológicos cada vez más impredecibles.
Los museos en distintas partes del mundo están tomando medidas urgentes. Algunas estrategias incluyen:
- Control climático riguroso dentro de las salas de exposición y almacenamiento, mediante sistemas de aire acondicionado y deshumidificadores que regulan temperatura y humedad.
- Infraestructura resistente al clima, como techos reforzados, ventilación adecuada, sellado contra filtraciones, y materiales que soporten los cambios extremos.
- Digitalización del patrimonio, creando réplicas digitales de alta calidad para preservar el contenido, aunque el objeto original se deteriore.
- Planes de contingencia para eventos extremos, incluyendo traslados temporales de las obras más vulnerables, seguro especializado, y protocolos de emergencia.
- Colaboraciones interdisciplinarias, donde expertos en conservación, climatología, arquitectura y ciencias ambientales trabajan juntos para evaluar riesgos específicos en regiones vulnerables, como zonas costeras o con climas extremos.
A pesar de los esfuerzos, los conservadores advierten que algunas obras pueden perder detalles esenciales irreversibles si no se actúa a tiempo. Las instituciones que dependen de infraestructura antigua o en países con menos recursos enfrentan mayores desafíos para implementar estas soluciones.
El problema también tiene dimensiones éticas y sociales: el patrimonio cultural no solo tiene valor artístico, sino identitario. Cuando una obra se deteriora o se pierde, pierde parte de una historia colectiva. Por ello, muchos museos están buscando financiamiento internacional, políticas públicas de protección patrimonial y jurados de emergencia para asegurar la preservación a largo plazo.