Redacción: José Sahagún
Durante décadas, una única grulla siberiana occidental migraba cada invierno cerca del mar Caspio. Su nombre, Omid, que significa “esperanza” en persa, representaba el último suspiro de una población entera. Esta última viajera solitaria evocaba la majestuosidad perdida de una migración que unía Siberia occidental con Irán, India y otros rincones del subcontinente (Infobae, 29 de agosto de 2025).
La Fundación Internacional de la Grulla (ICF) intentó revertir el curso cuando, en 2022, liberó en Siberia a Roya—“sueño” en persa—una grulla criada en cautiverio. La esperanza era que Omid, fiel al instinto migratorio, le transmitiese la ruta ancestral y los puntos de descanso imprescindibles para la supervivencia de la especie. Pero tras 2023, Omid desapareció sin dejar rastro, y los expertos comenzaron a considerar que la población occidental podría estar “funcionalmente extinta”.
Una especie al borde del abismo
La grulla siberiana occidental ha sido diezmada por la caza indiscriminada y la destrucción de sus hábitats migratorios. Esto la ubica en la categoría de “en peligro crítico”, con su supervivencia atada exclusivamente a las poblaciones orientales. La desaparición occidental implica también la pérdida de una de las migraciones más largas y emblemáticas del planeta (Infobae, 29 de agosto de 2025).
Orientales: un rayo de esperanza entre la adversidad
A diferencia del declive occidental, la población oriental ha mostrado signos de recuperación. En 2015, se estimaban menos de 3 500 individuos; hoy, podrían ser unos 7 000 en libertad, aunque estas cifras son aproximadas debido a la inaccesibilidad de los humedales siberianos donde se reproducen (Infobae, 29 de agosto de 2025).
Estas grullas realizan un viaje impresionante: recorren unos 16 000 km desde el Ártico ruso hasta el lago Poyang en China, descanso fundamental sobre su alimento clave. Este ecosistema se ha convertido en su santuario vital (Infobae, 29 de agosto de 2025).
Rituales, retos y convivencia con comunidades
Las grullas orientales destacan por sus rituales de apareamiento —llamados duetos sincronizados—, y la formación de parejas resalta por encima de las bandadas invernales. Sin embargo, el futuro del lago Poyang está amenazado por proyectos como la construcción de una presa, que podría alterar drásticamente el ecosistema y el suministro de apio acuático, esencial para su alimentación (Infobae, 29 de agosto de 2025).
Frente a esto, la especie demuestra adaptabilidad. En periodos de escasez, algunas aves buscan alimento en granjas cercanas. Así, agricultores han instalado plataformas para observadores de aves, fortaleciendo la conexión entre conservación y turismo responsable. En China, iniciativas educativas y colaboraciones entre la ICF y escuelas promueven la importancia de la grulla desde temprana edad (Infobae, 29 de agosto de 2025).
Lecciones desde el filo de la extinción
La historia de Omid y la población occidental de grulla siberiana revela la fragilidad de las especies migratorias ante la presión humana. A su vez, subraya el valor de la cooperación internacional, la protección de humedales y la educación ambiental como herramientas esenciales para evitar el colapso de especies vitales (Infobae, 29 de agosto de 2025).
El destino de la grulla occidental parece irreversible, pero el repunte de las poblaciones orientales es un testimonio de resiliencia. Como señala el director de la ICF, Rich Beilfuss: “La tendencia es clara: cada vez hay más aves que regresan.”
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