La proliferación de una mezcla de conejo de monte y doméstico, más grande y voraz, dispara las alarmas entre miles de agricultores españoles de 1.400 municipios, que estiman en 800 millones las pérdidas causadas hasta ahora
Esta plaga, agravada por la sequía, tiene preocupados a miles de agricultores del campo español, aseguran que “es una mezcla de conejo de monte y doméstico, más grande, más voraz y con mayor capacidad para procrear”.
Según la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), ya hay más de 1.400 municipios afectados en 10 comunidades autónomas. Calcula que un millón de hectáreas han sufrido algún tipo de daño y las pérdidas se elevan por encima de los 800 millones de euros.
Esta organización también advirtió que, con la llegada de las altas temperaturas, estos conejos “son un vector de propagación de enfermedades que pueden derivar en graves problemas sanitarios en mascotas y humanos”. Por eso ha pedido al Gobierno central y a las CCAA que pongan en marcha “de manera urgente medidas contundentes y eficaces”, y solicita una reunión con el Ministerio de Agricultura.
Consideran que, “en la mayoría de las zonas, las medidas que se han tomado hasta el momento han resultado claramente insuficientes para reducir la sobrepoblación de conejos híbridos y se requieren medidas excepcionales”
Según explican, este animal se puede reproducir todo el año y cada hembra puede tener siete camadas, con una media de seis crías, que en los casos más prolíficos pueden llegar a 13-14. Así lo ha indicado Pedro Gomáriz, responsable del Área de Fauna Salvaje de COAG y agricultor afectado por los daños de conejos en su explotación de limones ecológicos en Molina de Segura (Murcia).
Por su parte, Javier Fatás, responsable de Medio Ambiente y Fauna Salvaje de la Ejecutiva de COAG y productor de cereales en Zaragoza, apunta que “nos enfrentamos a una inédita plaga de conejos híbridos nunca antes vista”. Desde su punto de vista, “ha habido irresponsabilidad por parte de los ciudadanos, que abandonan conejos domésticos cuando se cansan de ellos como mascota y los echan al campo”.
El aumento de las temperaturas también podría hacer que más plagas proliferen como es el caso de las garrapatas, “las aves migratorias provenientes de África las traen y los conejos se infectan de las mismas en los humedales. A partir de ahí, alojadas en sus orejas, las distribuyen a lo largo y ancho del campo español. Ya ha habido casos de agricultores y senderistas hospitalizados por picaduras de las mismas”. advierte Pedro Gomáriz.
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