A nueve días de un alarmante incendio en una instalación de fabricación de plásticos en el sureste de Albuquerque, las repercusiones ambientales y de salud pública siguen siendo objeto de gran preocupación.
El siniestro, que tuvo lugar en Atkore United Poly Systems, consumió alrededor de 440,000 libras de plástico, además de significativas cantidades de diesel, fuel oil y propano. A pesar de la magnitud del incidente, aún no se ha facilitado una valoración pública completa de las consecuencias ambientales.
Se pudo observar una densa nube de humo a kilómetros de distancia, resultado de la combustión de diversos materiales altamente contaminantes. Si bien las autoridades no han ofrecido cifras exactas sobre el número de personas expuestas al humo, los reguladores estatales han tratado de tranquilizar al público asegurando que es improbable que los restos del incendio hayan contaminado el río Grande.
Sin embargo, especialistas en salud pública y medio ambiente han subrayado el alto riesgo que supone la quema de plástico. Recomiendan, ante situaciones similares, que la población utilice máscaras de alta filtración y dispositivos purificadores de aire en sus viviendas. El pueblo de Isleta se ha manifestado preocupado, al no haberse recibido información detallada sobre los posibles efectos del incidente.
Diversos estudios indican que la quema de polietileno, presente en muchos plásticos, puede liberar partículas y gases potencialmente cancerígenos. La exposición inmediata puede causar síntomas como tos, sibilancias y dificultades respiratorias. A largo plazo, las consecuencias podrían ser aún más severas, incluyendo enfermedades como cáncer, asma y hipertensión pulmonar.
Hasta el momento, no se han realizado evaluaciones de salud a los habitantes cercanos al área del incendio. Sin embargo, se sabe que los trabajadores de la planta afectada están siendo monitoreados médicamente. Tanto los equipos de limpieza como los bomberos han estado utilizando equipo de protección personal, dada la alta toxicidad de los materiales involucrados.
La situación es especialmente delicada, ya que el sitio del incendio se encuentra próximo a un tributario del río Grande, y por encima de su acuífero. Entre los residuos resultantes del siniestro pueden hallarse metales pesados y otros compuestos altamente tóxicos.
Con la causa exacta del incendio todavía bajo investigación, la comunidad espera respuestas y soluciones que aseguren su bienestar y el del medio ambiente.
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