La Ciudad de México ha dado un importante paso hacia la sostenibilidad con la promulgación de la nueva Ley Ambiental. Esta legislación, publicada recientemente por la Jefatura de Gobierno, aboga por la protección del medio ambiente y la preservación de los recursos naturales, especialmente el agua.
Una de las disposiciones más destacadas de la nueva ley es la prohibición de la privatización del servicio de agua potable. Esta medida busca garantizar el derecho al acceso libre y equitativo al agua, un recurso vital para la vida diaria de los ciudadanos. Con esta prohibición, se pretende evitar que el suministro de agua sea controlado por entidades privadas, asegurando así que todos los habitantes de la CDMX tengan acceso a este recurso esencial.
La ley también introduce el concepto de «Cinturones Verdes». Estos cinturones están diseñados para evitar la expansión urbana descontrolada y proteger el suelo de conservación. Al crear estas zonas, se busca mantener un equilibrio ecológico y promover la biodiversidad en la ciudad. Los cinturones verdes ayudarán a limitar el desarrollo urbano en áreas que son cruciales para la preservación de la flora y fauna locales.
Otra disposición importante de la ley es la protección y expansión de las áreas verdes. En caso de que alguna obra pública o privada afecte estas áreas, se deberán compensar con superficies iguales o mayores. Además, se deberá priorizar la introducción de especies nativas o naturalizadas, promoviendo así la conectividad ecológica. Esta medida asegura que la ciudad no solo mantenga, sino que también aumente sus espacios verdes, mejorando la calidad de vida de sus habitantes y fomentando un entorno más saludable.
La nueva ley también pone énfasis en la captación y reutilización del agua pluvial. Con la implementación de sistemas de captación de agua de lluvia, la ciudad podrá aprovechar este recurso para diversas necesidades, reduciendo así la dependencia de otras fuentes de agua y promoviendo prácticas más sostenibles.
La educación ambiental y el desarrollo de infraestructura verde son componentes clave de esta ley. La inclusión de estos conceptos busca concienciar a la población sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y fomentar prácticas sostenibles desde una edad temprana. La infraestructura verde, por su parte, abarca soluciones como techos verdes y jardines verticales, que no solo embellecen la ciudad, sino que también contribuyen a la mitigación de los efectos del cambio climático.
La ley suprime el concepto de suelo rural y establece la figura de «Zonas Sujetas a Conservación Ecológica». Estas zonas serán determinadas en conjunto con ejidos y comunidades, garantizando su preservación a través de acuerdos y convenios. La protección de estas áreas es crucial para mantener la biodiversidad y los servicios ambientales que ofrecen.
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