Redacción: Guicel Garrido
En Chile, se ha desatado una controversia en torno a la posible instauración de granjas de pulpos. La Fundación Derecho y Defensa Animal ha iniciado la campaña #SalvemosALosPulpos con el objetivo de prevenir el desarrollo de esta industria en el país, basándose en el rechazo internacional generado por esta práctica en países como España.
La comunidad científica internacional también ha expresado su preocupación. Biólogos marinos y activistas en España, donde también se han propuesto proyectos similares, consideran esta iniciativa como «una condena al sufrimiento». La Dra. Elena Lara, directora de investigación de “”Compassion in World Farming” (CIWF), destaca la inteligencia y naturaleza solitaria de los pulpos, y argumenta que criarlos en cautiverio sin estimulación cognitiva es una forma de tortura.
Además de las preocupaciones éticas, los expertos advierten sobre el impacto ambiental. Los pulpos son carnívoros y requieren una dieta rica en proteínas, lo que contribuye a la sobreexplotación de los océanos. Greenpeace señala que producir 1 kg de carne de pulpo requiere 3 kg de alimento a base de harina y aceite de pescado, lo que hace que esta práctica sea insostenible.
A pesar de estas advertencias, la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (SUBPESCA) de Chile ha aprobado proyectos experimentales para el cultivo de pulpos. La presión de la industria para satisfacer la demanda del mercado internacional podría acelerar su desarrollo. Por esta razón, la Fundación Derecho y Defensa Animal insta a los ciudadanos a firmar una petición para prohibir el cultivo de pulpos en Chile antes de que sea demasiado tarde.
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