Redacción: Carolina Herrera

Después de guiar a nuestros seres queridos a casa, los pétalos de cempasúchil tienen otra misión por cumplir: otorgar nueva vida. A través de los centros de acopio por la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) en la Ciudad de México, la flor de Día de Muertos puede formar parte de la composta que nutrirá a nuevas especies.
Evitando que la hermosa flor naranja termine en la basura, el gobierno capitalino habilitará centros de acopio en distintos puntos de la ciudad para recolectar tanto las flores completas, pétalos y tallos, como macetas con tierra. Estas últimas se dirigirán a talleres de educación ambiental, mientras que los demás elementos serán triturados para producir composta, que nutrirá las chinampas y suelos protegidos.
Fomentando el reciclaje, los Centros de Cultura Ambiental (CCA) Acuexcomatl, Ecoguardas y Yautlica abrirán sus puertas del 7 al 16 de noviembre, en un horario de 9:00 a 15:00 hrs durante todos los días de la semana, en sus respectivas alcaldías. Mientras que el Parque Ecológico de Xochimilco (PEX), recolectarán del 8 al 31 de noviembre, desde las 10:00 hasta las 16:00 horas, de martes a domingo en la caseta 1 del estacionamiento (Anillo Periférico 1, Ciénega Grande).
De esta forma, el Gobierno de México fomenta una cultura responsable en materia ambiental, generando una participación ciudadana por un bien en común. “Con tu participación ayudamos a conservar el suelo de conservación y reducimos residuos orgánicos”, detalló Sedema.
Con jornadas anteriores en donde más de 700 macetas de cempasúchil fueron recolectadas, esta iniciativa fortalece la red de sostenibilidad que la Ciudad de México se esmera en construir.
La propuesta no sólo tiene sentido ecológico, sino simbólico. Con su aroma y color característico, el cempasúchil simboliza el ciclo natural de la vida y la muerte, siendo utilizada en el Día de Muertos para guiar a las almas de los difuntos hacia las ofrendas tradicionales mexicanas. Cada pétalo se convierte en un paso más de ellas hacia su hogar y ahora, también puede transformarse en una oportunidad para otra vida.
De esta forma, la flor no solo honra a los antepasados sino que también a las presentes y futuras generaciones que conviven con la naturaleza. Por lo tanto, si aún conservas tus flores de ofrenda, no las trates como un simple desecho, mejor llévalas a uno de los centros de acopio y conviértelas en parte de una nueva vida.
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