La columna del día Ricardo Burgos

Revivir trenes de pasajeros, otro costo para los mexicanos 

La primera y única ocasión que viaje en un tren de pasajeros fue en una gira de la fuente política hace varios años cuando yo era reportero de Grupo ACIR radio. Nos subimos en la estación Buenavista y ahí en un recorrido toda la noche hasta la mañana siguiente hacia San Luis Potosí. Nos dieron una cena deliciosa en el coche comedor y luego a tratar de dormir en los estrechos dormitorios, con el constante movimiento y el ruido tradicional del ferrocarril. 

Los trenes de pasajeros fueron populares en el país desde la época de Porfirio Díaz, es decir antes del Siglo XX, hasta 1997 cuando la empresa Ferrocarriles Nacionales de México suspendió el servicio y quedaron limitados a unos pocos trenes turísticos (El Chepe desde Creel, en Chihuahua, hasta Los Mochis, Sinaloa, y Tequila Express, en Guadalajara, Jalisco). 

Apenas hace unos días, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, publicó un decreto a través del cual intenta revivir los trenes de pasajeros y darle prioridad sobre el servicio de carga. Para ello invitó a los actuales concesionarios del transporte de carga a hacer propuestas para ofrecer la nueva prestación. De no existir alternativas de parte de los empresarios, le entregará esta nueva alternativa de transporte a las secretarías de la Defensa Nacional o Marina. 

En varios lugares del mundo, principalmente en Europa, los trenes de pasajeros son exitosos y en muchas ocasiones los pasajeros los prefieren mejor incluso que los aviones. Por ejemplo, está en Eurostar, que conecta Gran Bretaña con Europa Continental; viaja a través del Eurotúnel desde Londres con rumbo a Paris, Bruselas o Amsterdam en unas horas. También se encuentra el AVE, línea de alta velocidad de la empresa española Renfe. Otro servicio muy exitoso es el PerúRail, que viaja de Cusco a Machu Picchu. 

En México, los trenes de pasajeros desaparecieron porque se convirtieron en sistemas financieramente inviables tras la llegada de otros medios de transporte. El avión y el autobús ha desplazado el otrora servicio cómodo, popular y exitoso del ferrocarril. Además, tuvo que ver la falta de mantenimiento de las vías férreas de aquel entonces y el desinterés del pasajero cada vez más notorio, así como la evolución de la vida moderna que nos obliga a desplazarnos con mayor velocidad. 

De acuerdo a la propuesta de López Obrador, las siete rutas para crear los trenes de pasajeros son: México – Veracruz – Coatzacoalcos, Tren Interurbano AIFA – Pachuca, México – Querétaro – León – Aguascalientes, Manzanillo – Colima – Guadalajara – Irapuato, México – San Luis Potosí – Monterrey – Nuevo Laredo, México – Querétaro – Guadalajara – Tepic – Mazatlán – Nogales y Aguascalientes – Chihuahua – Ciudad Juárez. 

El presidente ha afirmado que ya no va a dar tiempo de poner en marcha él personalmente este nuevo proyecto porque termina su administración en septiembre de 2024, pero, afirma, se lo va a dejar a su sucesora o sucesor. La ocurrencia le va a costar a los mexicanos varios miles de millones de pesos de subsidio seguramente. 

Los trenes de pasajeros ya tuvieron en México su mejor época. Si el gobierno los hace renacer, será otro barril sin fondo como ha ocurrido con la Refinería de Dos Bocas, El AIFA o el Tren Maya. 

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