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Riesgos crecientes para las empresas

Riesgos crecientes para las empresas

Redactor: Amairany Ramírez  

El cambio climático ya no es un desafío remoto ni una preocupación secundaria. Su impacto directo está alterando la economía global y poniendo en riesgo la supervivencia de las empresas. Así lo confirma un reciente informe del Foro Económico Mundial (WEF) y Boston Consulting Group (BCG), titulado “The Cost of Inaction: A CEO Guide to Navigating Climate Risk”, que alerta sobre los costos devastadores de no actuar frente a los riesgos climáticos. 

Desde el año 2000, los desastres naturales vinculados al cambio climático, como tormentas, sequías e inundaciones, han generado pérdidas superiores a los 3,6 billones de dólares (aproximadamente 3.450 millones de euros). Estos eventos no solo destruyen infraestructuras y propiedades, sino que también interrumpen la productividad empresarial y afectan gravemente las cadenas de suministro. El informe advierte que este costo se ha duplicado en las últimas dos décadas, y las proyecciones sugieren que seguirá creciendo si no se toman medidas urgentes. 

Para 2050, el impacto económico del cambio climático podría poner en riesgo entre el 5% y el 25% del EBITDA (beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) de las empresas. Sectores como la construcción, los materiales, la energía y las infraestructuras son especialmente vulnerables debido a su dependencia de activos físicos y recursos naturales expuestos a los efectos de fenómenos climáticos extremos. 

Los daños directos derivados de eventos climáticos son solo una parte del problema. Las empresas también deben enfrentar costos indirectos, como el aumento de las primas de seguros, la pérdida de productividad y la interrupción de sus cadenas de suministro. Estos efectos negativos no solo afectan a sectores específicos o a ciertas regiones del mundo, sino que son una amenaza global que impacta a todas las industrias. 

El informe destaca que las empresas que no logren adaptarse a la creciente frecuencia de estos eventos, o que pospongan inversiones en sostenibilidad, podrían enfrentarse a pérdidas económicas irreparables. Además, el estudio resalta los llamados “riesgos de transición”, que surgen de la aceleración hacia una economía baja en carbono. Estos riesgos incluyen nuevas regulaciones, como impuestos al carbono, la devaluación de activos dependientes de combustibles fósiles y cambios en las expectativas de consumidores e inversores. 

La transición hacia un modelo económico más sostenible no solo es una cuestión ambiental, sino también una necesidad económica urgente. Las empresas que no se adapten a las nuevas realidades climáticas y económicas podrían enfrentar consecuencias devastadoras tanto a corto como a largo plazo. La acción es crucial, y la sostenibilidad debe convertirse en un pilar fundamental para garantizar la viabilidad y competitividad en el futuro. 

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