GreenSpace E-Mobility y el gobierno de Nuevo León lanzan la primera ruta de carga 100 % eléctrica entre México y EE. UU., conectando Monterrey, Laredo, Dallas y Houston y apostando por un transporte más limpio y sostenible.
Redacción: Hena M. Andrés Cuevas

La movilidad sustentable está dejando de ser una promesa para convertirse en una realidad tangible en la frontera norte de México. La empresa GreenSpace E-Mobility anunció la creación de la primera ruta binacional de transporte de carga totalmente eléctrica entre Texas y Nuevo León, un proyecto que busca transformar la forma en que se mueven las mercancías entre ambos países y reducir la huella de carbono del corredor comercial más transitado de América del Norte.
La ruta conectará las ciudades de Monterrey, Laredo, Dallas y Houston con estaciones de carga ultrarrápida, diseñadas para atender camiones eléctricos de carga pesada, conocidos como Class 8. Este tipo de transporte representa uno de los mayores desafíos para la electromovilidad, debido a su consumo energético y a la necesidad de infraestructura robusta, por lo que este proyecto marca un paso importante hacia la descarbonización del sector logístico.
El plan forma parte de una colaboración entre el gobierno de Nuevo León y la empresa GreenSpace, que se especializa en infraestructura de carga eléctrica. La compañía aportará tecnología, inversión privada y experiencia internacional, mientras que las autoridades estatales apoyarán con la selección de los puntos estratégicos para instalar las estaciones, así como con los permisos y la coordinación binacional necesaria para garantizar su funcionamiento. La inversión inicial supera los 15 millones de dólares, con una primera fase que abarcará los tramos Monterrey Laredo y Laredo Dallas, y que podría completarse en un plazo de entre 18 y 24 meses. Posteriormente, el corredor se expandirá hacia Houston, consolidando una red de movilidad eléctrica que recorrerá más de mil kilómetros.
De acuerdo con representantes de GreenSpace, este proyecto no sólo busca ofrecer una alternativa más limpia al transporte de carga, sino también incentivar la adopción de tecnologías eléctricas en el sector privado. Para ello, la empresa será distribuidora exclusiva en México de los camiones eléctricos Windrose, diseñados específicamente para trayectos de larga distancia. Además, se contempla la integración de energía solar y sistemas de almacenamiento que permitan alimentar las estaciones de carga sin depender completamente de la red eléctrica convencional.
El corredor eléctrico Texas Nuevo León podría convertirse en un modelo de movilidad sustentable binacional, capaz de reducir de forma significativa las emisiones de CO₂ y los costos de operación a largo plazo, al tiempo que impulsa la competitividad de la región. También abriría la puerta a nuevas inversiones en energía limpia, innovación tecnológica y empleos verdes en la zona fronteriza.
Aunque aún existen retos por superar como la homologación de regulaciones transfronterizas, la garantía de suministro eléctrico y la adaptación de las flotas de transporte el proyecto simboliza un cambio de era. En lugar de seguir dependiendo del diésel, el comercio entre México y Estados Unidos podría avanzar hacia una logística más eficiente y ambientalmente responsable.
Más que un simple corredor, esta iniciativa representa un paso hacia el futuro: un movimiento que une desarrollo económico y sostenibilidad, demostrando que la movilidad eléctrica ya no es una utopía, sino el camino que empieza a trazarse, literalmente, sobre el asfalto del norte de México.

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