Vida Natural Iniciativa pública y Medio ambiente

Sembrar más y mejor: innovación y resiliencia, claves del agro frente al clima

Redacción:  Javier Escárcega 

La planificación de cultivos para 2026 se está configurando con base en proyecciones de campañas agrícolas recientes, tendencias de mercado y cambios climáticos que impactan la productividad. 

 

Sembrar más y mejor

Diversos reportes agrícolas estiman un crecimiento en la superficie sembrada para la campaña 2025/2026, con un incremento general del orden del 5.4% en hectáreas sembradas respecto a promedios históricos debido a la recuperación de áreas productivas y condiciones climáticas más favorables. Este crecimiento incluye cultivos tradicionales claves como arroz, papa y maíz. 

En países como Perú, las perspectivas señalan que el arroz y el maíz amarillo duro experimentarán expansiones significativas en hectáreas sembradas debido a la demanda de alimentos básicos, precios favorables y mayores recursos hídricos disponibles para riego. Estos cultivos, además de ser pilares de la seguridad alimentaria, representan oportunidades de exportación y valor agregado para economías rurales. 

La papa, cultivo de alto valor nutricional y significativa participación en la producción agraria, también registra aumentos en superficie sembrada. Su adaptabilidad y contribución al mercado interno la convierten en una opción prioritaria para los productores, especialmente en regiones andinas y de alta demanda urbana. 

Además de los básicos, se observa interés en diversificar con cultivos como algodón y zapallo, que han mostrado intenciones de crecimiento más allá de sus niveles tradicionales, impulsadas por mejores precios de mercado y capacidad de generar retornos para pequeños y medianos agricultores. 

El cambio climático continúa influyendo en las decisiones de siembra, afectando rendimientos potenciales y aumentando la importancia de resiliencia. Estudios globales alertan sobre reducciones de rendimiento en cultivos tradicionales en muchos territorios cálidos si no se adoptan prácticas y variedades resistentes al estrés térmico y la sequía, lo que subraya la necesidad de innovación agronómica en 2026. 

Semillas mejoradas y biotecnología se convierten en herramientas clave, Instituciones como el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) impulsan el uso de semillas certificadas y tecnologías agrícolas avanzadas para mejorar los rendimientos y la tolerancia de cultivos frente a plagas, enfermedades y variabilidad climática. La adopción de semillas mejoradas es presentada como un factor diferenciador para asegurar cosechas competitivas en 2026. Tendencias globales de agricultura inteligente señalan que tecnologías como sensores, monitoreo de suelos y sistemas de riego de precisión favorecerán decisiones de siembra más informadas, optimizando el uso de recursos y reduciendo riesgos, especialmente en zonas con estrés hídrico creciente. 

En 2026, los agricultores latinoamericanos enfrentan una coyuntura de oportunidades y desafíos: por un lado, la expansión proyectada de áreas sembradas para cultivos básicos como maíz, arroz y papa indica una respuesta dinámica a la demanda alimentaria; por otro, los efectos del cambio climático y la necesidad de prácticas resilientes obligan a incorporar semillas mejoradas, tecnologías agrícolas modernas y estrategias de diversificación que impulsen tanto la productividad como la sostenibilidad. 

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