Redacción: Litzury Gamboa
El cambio climático está alterando el hábitat de muchas especies animales, incluidas las serpientes venenosas. Según el informe reciente de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), los efectos del calentamiento global, como el aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero y el récord de calor del año pasado, están forzando a diversas especies a migrar en busca de condiciones adecuadas para sobrevivir.
En diversos estudios, se destaca que los reptiles son particularmente sensibles a los cambios térmicos y de precipitación, lo que impacta sus ciclos reproductivos y los obliga a migrar. La alteración de sus hábitats históricos puede derivar en la aparición de especies venenosas en regiones donde antes no existían, afectando la biodiversidad local y la salud pública.
Un grupo de científicos de Brasil, España, Alemania y Costa Rica analizó cómo el cambio climático podría alterar los hábitats de 209 especies de serpientes venenosas a nivel mundial. Su estudio, publicado en la revista “The Lancet”, reveló que 43 de estas especies son originarios de África, de las cuales 30 tienen un alto riesgo de causar discapacidad o muerte. Se estima que para 2070, estas serpientes migrarán a nuevos territorios dentro y fuera de África, alterando los ecosistemas y generando más desafíos.
Países como Nigeria, Namibia, China, Nepal y Myanmar, así como regiones del sudeste asiático podrían recibir serpientes venenosas de países vecinos debido a la combinación de condiciones climáticas adecuadas y factores socioeconómicos vulnerables. Esto incrementaría el riesgo de mordeduras y la presión sobre los sistemas de atención médica. La migración de serpientes venenosas es un recordatorio de cómo el cambio climático no solo afecta al medio ambiente, sino también a la seguridad y bienestar humano.
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