Redacción: Carolina Herrera

México refuerza la protección del maíz nativo con el programa Sin Maíz no hay País; Sheinbaum prohíbe el transgénico y promueve la conservación de semillas y sistemas tradicionales.
Ante las amenazas constantes al maíz, la presidenta de México Claudia Sheinbaum Pardo fortalece la vida de este grano al proclamar el programa “Sin Maíz no hay País”. Teniendo como objetivo clave, la conservación de semillas nativas para una constante producción natural del cultivo agrícola.
Además del banco de germoplasma que se encargará de la conservación de las semillas, el proyecto incluye acciones como la venta de tortilla fabricadas por pequeños establecimientos y la implantación de precios de garantía.
De igual forma, se realizaron reformas constitucionales a los artículos 4 y 27 de la Constitución Política, donde se establece la prohibición de la siembra de maíz transgénico en México. Siendo una medida de protección a la diversidad, teniendo en cuenta que 59 de 64 razas de maíz, son nativas.
“Estas variedades han sido por miles de años domesticadas por, primero, los pueblos originarios, y ahora en general por los campesinos. Pero son miles de años que nos dieron todas estas variedades. Si no las cuidamos, se pueden perder, por eso la reforma constitucional es fundamental”, destacó la mandataria.
La domesticación del grano inició hace más de 9 mil años, impulsada por los campesinos, quienes hasta el día de hoy promueven y mantienen la agrodiversidad del pueblo mexicano.
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura, la cosecha del maíz es aproximadamente de unos 27 millones de toneladas, en México. Y aunque en 2024 la producción bajó a 23.3 millones de toneladas, el país se mantiene dentro de los mayores productores de este alimento, en todo el mundo.
Por lo tanto, Julia Álvarez Icaza Ramírez, secretaria del Medio Ambiente de la Ciudad de México indicó: ““En México se encuentra in situ el mayor banco de germoplasma a nivel mundial. Es un tema de seguridad alimentaria no sólo para México, sino para el mundo (…) el país no es cualquiera en términos de maíz, México es el centro de origen, por eso el parámetro de protección debe ser diferente al de otros territorios.”
Por parte de la secretaría de Ambiente, Alicia Bárcena destacó que la riqueza genética del maíz es fundamental en la lucha contra sequías e inundaciones. Subrayando la importancia de reconocer al sistema milpa como expresión de agrodiversidad.
Además de garantizar la seguridad alimentaria, el programa contribuye directamente a la conservación ambiental. La protección de semillas nativas mantiene la biodiversidad agrícola, favorece la resiliencia de los cultivos ante sequías e inundaciones y evita la contaminación genética de los ecosistemas por el maíz transgénico. Asimismo, la promoción de sistemas tradicionales como la milpa ayuda a mantener suelos fértiles, conservar polinizadores y reducir el uso de químicos.