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Sinaloa enfrenta una crisis climática: animales migran en busca de sobrevivir

El cambio climático está provocando cambios significativos en los ecosistemas de Sinaloa. Uno de los efectos más notables es la migración de especies hacia hábitats más frescos. Investigaciones realizadas por estudiantes de la Facultad de Biología de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) han revelado que varias especies de serpientes, ranas y tortugas están desplazándose de las selvas bajas hacia zonas templadas en busca de temperaturas más adecuadas y humedad necesaria para su desarrollo.

Especies en movimiento

Entre las especies observadas se encuentran la serpiente perico de la costa del Pacífico, la serpiente ojo de gato y la serpiente ratonera verde. Estas serpientes, típicamente adaptadas a hábitats arborícolas en selvas bajas, han sido encontradas en bosques de pino-encino, lo que representa un cambio notable en su comportamiento y distribución. La movilidad en estos nuevos hábitats, que presentan una vegetación más abierta, plantea desafíos y oportunidades de estudio para los biólogos.

Ranas

Un hallazgo significativo es la ampliación del rango de distribución de la ranita esmeralda, que tradicionalmente se encontraba en el sur de Sinaloa en Concordia y ahora ha sido detectada en la sierra de Badiraguato. Otro caso similar es el de la ranita ladradora, una especie que requiere ambientes extremadamente húmedos y que ha sido encontrada en zonas templadas.

Tortugas y sapos

La tortuga pecho quebrado sonorense, inicialmente identificada bajo otro nombre, ha sido correctamente clasificada gracias a estudios morfológicos recientes. Además, el sapo chihuahuense o de macoy, no registrado anteriormente en los inventarios faunísticos de Sinaloa, ha sido localizado en la sierra de Badiraguato y las montañas de Chihuahua.

Presión sobre las especies

Presión sobre Especies Endémicas

El ajolote tarahumara, una variedad de salamandra, es otra especie emblemática que enfrenta una presión significativa debido al cambio climático. Esta especie, que se creía exclusiva del centro de México, ha sido registrada en Sinaloa, lo que resalta la importancia de los esfuerzos de conservación en la región.

La migración de estas especies a nuevas áreas también implica cambios en sus comportamientos y adaptaciones a los nuevos hábitats. Por ejemplo, la movilidad y las necesidades de refugio en los bosques de pino-encino difieren significativamente de las selvas bajas, lo que presenta nuevos desafíos para la supervivencia de estas especies.